Y llegamos al final del mes de julio. Un mes intenso, donde la actividad fallera se centra principalmente en la elección de las candidatas a Falleras Mayores de Valencia. 73 niñas y 73 señoritas que se enfrentarán a la penúltima fase del proceso de elección que se celebrará el próximo mes de septiembre, en la que un jurado elegido mayoritariamente por la Asamblea de Presidentes tendrá la labor de seleccionar a las últimas 26 candidatas para luego, en el mes de octubre, elegir a las dos máximas representantes de la fiesta.
Unas preselecciones que han pasado sin pena ni gloria, con una repercusión mediática cada vez menor por motivos varios que mejor no contar.
Y una vez conocidas a las seleccionadas, llega de nuevo un episodio que flaco favor les hace a las candidatas y que no sirve absolutamente para nada: las quinielas en diferentes soportes mediáticos. Lo he estado, estoy y estaré siempre en contra de las mismas, ya que considero que no realizan ninguna función positiva hacia ellas, es más, todo lo contrario, y sólo puede beneficiar al determinado soporte mediático para tener más visitas y comentarios.
Especialmente me parece más cruel todavía cuando hablamos de las candidatas infantiles, ya que no dejan de ser niñas que pueden sentirse mal al verse en posiciones inferiores exclusivamente por unos votos que sólo valoran una imagen, una fotografía, cual concurso de belleza se tratara. Es más, Junta Central Fallera debería plantearse el tema y tomar las medidas oportunas para evitar esta situación que, como digo, de poco sirve.
Y no sirve de nada. Pocos jurados conozco que hayan tenido en cuenta estas quinielas a la hora de influir en su voto y en su valoración, aspecto que me alegra y valoro, y me hace creer en el proceso que le acompaña una rumorología que poco tiene que ver con la realidad existente. Creo que es un ejercicio de responsabilidad por parte de los medios de comunicación el evitar estas quinielas y estas situaciones, porque repito, qué flaco favor les hace a las candidatas y al proceso en sí.
Llega agosto. Descanso, desconexión, viajes y coger fuerzas para afrontar el grueso del ejercicio fallero. Un año intenso, el último de la legislatura, donde las espadas están en alto y donde las distintas formaciones políticas establecen sus posiciones por lo que pueda ocurrir el próximo mes de junio; un mes electoral donde más de uno y una se juegan mucho, quizá demasiado. Esperemos que nuestra fiesta no sea moneda de cambio y plaza de juego para conseguir objetivos políticos, que no falleros, y podamos disfrutar y hacer fiesta con la intencionalidad siempre bondadosa del colectivo, que lo único que quiere es que le dejen trabajar por y para la fiesta.
Sólo me queda desearles un feliz verano, un feliz descanso. Desconecten, cojan fuerzas y en septiembre nos volvemos a ver y a leer. Aquí seguiremos, aportando nuestro pequeño grano de arena para seguir hablando de lo que más nos gusta y nos apasiona.