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Las famosas candelas romanas serían el sello inconfundible de un disparo que desembocaría en un terremoto final a dos alturas, acompasadas por las palmas de una plaza que se rindió ante semejante disparo.

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Luis Matoses, responsable en la jaula del espectáculo, no pudo contener las lágrimas al término de este.

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En el balcón consistorial, vetado un año más a la prensa gráfica, los jugadores del Pamesa Valencia disfrutaron con las Falleras Mayores de Valencia, y sus respectivas cortes de honor, del mejor disparo vivido hasta el momento.

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Desde la tarde-noche de ayer, el taller de Pedro Santaeulalia comenzó a traer las primeras piezas de la falla municipal 2009.

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