Sin problemas aparentes, el trabajo encajaría a la perfección, y las esbeltas figuras coronarían un trabajo de exquisita factura.
Colores y formas sinuosas, resaltan sobre un barroquismo calculado, con el que competir por el máximo premio.
El preciosismo del picasentino, se ha visto resaltado con la valencianía de un proyecto de corte clásico, para los amantes de la solera fallera, y que ha contado con la colaboración estelar de un Pepe Puche que mostrará en los bajos todos los ingredientes de la sátira fallera.
Detalles y más detalles, campean una obra de gran calidad plástica y que condicionará a un jurado que tendrá una dificilísima papeleta, el próximo 16 de marzo.
