El ponente del escrito, Sanchis Guarner, en nombre de todos los que han participado en la elaboración final del informe, ofreció una pincelada, no todo el informe que tenían los componentes del pleno, acerca de los contenidos y destacó que las Fallas «son la expresión genuina de la cultura Valenciana», dijo. A continuación señaló que las Fallas han sido siempre parte del ritual de expiación de los vecinos, por aquello de que se quemaban los vicios en la hoguera, como en un auto de fe, calificación con la que no estaba de acuerdo Carmen Morenillas.

Tras un repaso histórico de la fiesta el documento destaca que actualmente existen menos fallas y más falleros, que la relación con el vecindario es conflictiva y que la Ofrenda de flores a la Mare de Déu «colapsa la ciudad durante dos días y sobre todo, no es un acto religioso, sino es una afirmación valencianista», sentencia en el informe.

Acerca de la estética en el monumento fallero, Sanchis Guarner señala que «el monumento fallero no ha cambiado nada. No existe renovación de su estética».

Como recomendaciones nacidas del documento se aconseja que las Fallas deben resolver sus problemas en un congreso: «debe existir una moderación en el número de fallas, así como en sus presupuestos; intentar volver a los orígenes de las fallas y tratar de controlar los actos propios de las comisiones y aquellos que se realizan a su sombra, como los macroconciertos», sostiene en el informe.

Toda está moderna inquisición y control en el siglo XXI no gustó a varios de los reunidos que solicitaron la retirada del informe.

Ricardo Bellveser pidió que se retire el escrito por estar en desacuerdo, sobre todo porque contempla que el mismo «renuncia al rigor que debe tener un documento y se basa en la opinión».

Bellveser particulariza en varios apartados del escrito y hace hincapié en que no se entra «en el uso de la lengua valenciana y se tilda a las Fallas de molestas. Por ello el Consell no puede manifestarse en contra de las Fallas».

Vicente Álvarez no comparte el informe y pide su retirada. En la misma línea Carmen Morenilla, que se confiesa de familia fallera, explica que el documento tiene un error de salida y es partidista, por lo que destaca: «Se ha preguntado a comisiones grandes y no a pequeñas fallas que sí luchan por potenciar la fiesta». El escultor Ramón de Soto calificó que el informe era «despreciativo con las Fallas y elitista a la hora de hablar del arte».

Tras estas intervenciones, los reunidos votan y se retira el informe por ocho votos a favor, cinco en contra y tres abstenciones.