Rocío Gil y su corte de honor protagonizaron una Dansà que llenó la plaza de la Virgen de falleros deseosos de seguir revitalizando el folclore en honor a la Mare de Deu del Desamparats.
La polémica suscitada desde la concejalía al apartar a los falleros de la noche principal en honor a la patrona, así como de invitar exclusivamente a la Fallera Mayor sin su corte de honor a la Dansà con los grupos “profesionales” no ha hecho más que incentivar a los falleros a salir a la plaza.
A pesar de ser relegados como segundo plato a la primera jornada de Dansà, los falleros volvieron a mostrar la razón de su protagonismo. Ellos fueron quienes revitalizaron una Dansà que se diluía en la plaza hace más de 20 años, y ahora, frente a todos los impedimentos, multiplican su presencia para evidenciar que en su ciudad, son ellos quienes llevan la voz cantante a la hora de mantener las tradiciones.
Así se pudo evidenciar en la noche del viernes 11 de mayo, cuando medio millar de falleros inundaron la plaza de la Virgen arropando a su Fallera Mayor y su Corte de Honor, quienes lucirían sus mejores galas en una noche que a buen seguro guardarán para el recuerdo.
Rocío Gil vistió en la Dansà un modelo realizado por la firma En hilos de seda con un espolín San Juan de Garín en color rojo y metales para el jubón, y guardapiés en color verde. La camisa y las enaguas eran de la firma Margarita Vercher.
La Corte de Honor de la Fallera Mayor de Valencia vistió para el jubón el modelo Pegasus de la firma Sedica, un diseño inspirado en los dibujos del S. XVIII, sobre fondo crudo tramado con tonalidades suaves acordes a las de los guardapiés, los cuales están realizados con el modelo Pasajes, también de Sedica; un damasco cuyo diseño es propio de la firma. Las componentes de la Corte de Honor fueron emparejadas con los colores púrpura, nude, oliva, musgo, cielo y navy en los guardapiés.
El tapiz de la Virgen rinde homenaje a San Vicente Ferrer y al Padre Jofré