Como bien sabemos, el origen de la fiesta de las Fallas no está demasiado claro, se habla de 300 años, pero la realidad es que sigue siendo una verdadera incógnita, aunque los datos más precisos nos llevan a mediados del siglo XVIII, donde multitud de hogueras se encendía en las calles de la ciudad. “Eran monumentos satíricos y burlescos en los que se exponían a la vergüenza pública y se quemaban simbólicamente personas y situaciones de la calle o barrio donde se plantaba la falla”.
Lo que ya no es tanta incógnita son sus raíces, porque las fallas han sido siempre una fiesta oriunda de la ciudad y que con los años comenzaron a proliferar en los distintos municipios de la provincia, por lo que hoy en día ya son una realidad en toda ella. Al resto de la Comunidad también llegó la fiebre de la fiesta de las Fallas y así se unieron otras celebraciones en algunos municipios importantes de las provincias de Castellón y Alicante.
Estamos en el camino para lograr que la fiesta de las Fallas sea declarada Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad, con lo que falleros y valencianos en general podemos estar orgullosos de este reconocimiento y de ser una de las principales fiestas del mundo.
Pero siempre surgen contratiempos que tratan de ponerlo difícil, entre ellos, por lo actual, el caso del Gremio Artesano de Artistas Falleros de Valencia, con esas nuevas pretensiones y algún grupo, político o no, que trata de aguar algunos de nuestros actos.
A los primeros se les está viendo el plumero con la falta de conocimiento de alguno de sus miembros sobre las necesidades del colectivo, además de la escasa memoria histórica o las medias verdades. Muchos pusieron en tela de juicio el nombramiento de José Bartolomé como secretario general, y sus actuaciones están dando la razón a sus detractores, que son los más de entre su compañeros de profesión. Y es que antes de tratar de vender la “burra”, hay que tener claro muchas cosas, entre ellas a quién pertenecen los derechos que se pretenden cobrar y el visto bueno de los componentes del gremio, que pueden verse perjudicados en la relación con quien les contrata.
En cuanto al segundo hándicap, no acabamos de entender cómo un grupo de gente, entre ellos algún asesor del partido político municipal Compromís, no sabemos si a título personal o involucrando al partido, se han empecinado en amargarnos la fiesta con sus acciones tan enquistadas en todas las mascletaes. Todos conocemos el manifiesto de Intifalla 2014, donde está programada la protesta en la mascletà de cada día, y la verdad es que al fallero poca gracia le está haciendo.
Claro que la situación a nivel nacional es lamentable, claro, estamos hasta las narices de los desmanes y tropelías de determinados personajes, políticos o no, pero lo que también es cierto es que hay muchos momentos para la protesta y, aunque entendemos la repercusión del momento de disparo de mascletaes, no habría porqué estar ahí los 19 días. Porque es nuestra fiesta y porque se la están currando durante todo el año los falleros, que son los verdaderos artífices de ella. La falta de respeto que se les demuestra por sus comentarios y acciones, y por ende a nuestras Falleras Mayores, es algo que se debería tener muy en cuenta.