Como el culebrón del Gremio de Artistas Falleros no termina, tendremos que seguir estando al tanto de lo que nos deparen los ‘cambios’ que ellos mismos van produciendo. Y es que desde que se descubrió el ‘filón’ con eso de los derechos de autor, no hay momento de respiro. Este fregado que acabó, por diferencias con la directiva, con la dimisión del vicemaestro mayor, miembros de directiva y más tarde con la del mismísimo secretario general, aunque en este último caso por razones bien distintas, no se le sabe final. Visto lo visto, aquí cabe cualquier resolución.
Desgraciadamente, este ‘filón’ que habían creído encontrar se transforma, por lo pronto, en una salida de dinero que se ha debido adelantar a la empresa que se eligió para llevar a cabo el proyecto. Ya empezamos mal. Si los presuntos problemas económicos del Gremio ya le venían grandes, el hecho de pagar por adelantado un servicio contratado, se supone, viene a empeorar sin duda la situación.
Un colectivo tan importante debe contar con una directiva lo más competente posible, que sepa defender los derechos reales del colectivo y procurar la mejora de trabajo y su expansión. Los sillones no deben pegarse al culo de nadie, no se pueden poner remiendos y menos en las condiciones que se llevó a cabo la reestructuración de dicha directiva, con la presencia de algo más de una treintena de asociados.
Pero lo que no entendemos es la aparente desidia del resto de integrantes. ¿Les da igual? ¿Pasan del tema? ¿No les preocupa lo que subyace en este affaire? Porque señores, tomate, lo hay, y sería bueno que alguien se dé cuenta y ponga fin a criterios partidistas de unos cuantos que vienen intentando matar al mensajero con ‘pregones’ desafortunados.
Algunos hablan de que en septiembre la cosa va a cambiar, que el resto de asociados, puesto que en total son más de ochenta, pedirán explicaciones y entonces se decidirá lo que haya que decidirse. Porque lo que no es lógico es que se hayan puesto parches y que se dé todo por bueno.
Pero lo que más nos causa extrañeza es la actuación de determinados agremiados que han estado protestando de cómo se llevaban los asuntos y ahora, cuando se les promete estar dentro del ‘ajo’, cambian su chaqueta y hacen campaña en pro.
Tampoco nos gusta demasiado la actuación de algún exmandatario que nunca ha estado del todo de acuerdo y ahora habla de dejarles que vayan trabajando. Y todo a pesar de la que está cayendo.
Lo que no nos sorprenden son las actuaciones de alguno de esos voceros que pretenden matar al mensajero ocultando una realidad palpable. Quizás se están exponiendo en demasía para lo que después vayan a ‘heredar’. Dios no lo quiera, o sí, pero es muy fácil que al final de la corrida se queden con el culo al aire.
Y llegados a estas fechas, tan sólo nos queda el deseo de que lleguen estas vacaciones tan merecidas por todos, y que volvamos con las pilas cargadas para afrontar el reto de un nuevo ejercicio, el que sin lugar a dudas va a resultar sumamente difícil.