Poco podíamos imaginar que el acto de la Crida iba a llegar tan lejos. Desgraciadamente este tipo de cosas son las que tienen más audiencia y cuando esperábamos que los informativos de los medios de comunicación, especialmente las televisiones, dieran un amplio resumen de la llamada a la fiesta por nuestra encantadora Fallera Mayor, Estefanía, resulta que quien ha protagonizado el top ten en España ha sido “El Caloret” de doña Rita Barbera.
Si ya muchos suelen pasar de fallas y de falleros, sólo faltaba que la Crida a propios y extraños para que vengan a Valencia a visitar las Fallas se haya convertido en el hazmerreír de todo el mundo.
Y los falleros tenemos pena de ello por el mero hecho de que un acto tan importante para el colectivo se haya convertido en algo que nadie quería. Las Fallas son algo más que las “bromas” de alguien tan importante como nuestra alcaldesa. Porque esa quedada en blanco ha sonado a todo el mundo, cuando menos, como una broma de mal gusto. Una broma que ha seguido después con esa actitud de pedir “perdón” entre sonrisas, incluyendo la otra, que ha aportado nuevas palabras al diccionario. Eso no es justo.
Señora alcaldesa, doña Rita Barberá, si no conociera su trayectoria política y su gran capacidad de improvisación, entre otras cosas, pensaría que esto ha sido un fallo, una equivocación, por aquello de que todo el mundo tenemos derecho a equivocarnos; pero, personalmente, pienso que por su actitud y sus palabras dirigidas a los falleros en esa tarde-noche del 22 de febrero pasado, usted debería haberse quedado en casa tranquilamente.
Con este comportamiento ha calentado a mucha gente y por ende ha puesto “a huevo” que se hable de forma despectiva de esta ciudad que tanto queremos. No quiero ni pensar lo que ello puede suponer en los 19 días de Fallas en la plaza del Ayuntamiento a la hora de las mascletaes. Que Dios nos coja confesados.
Piense usted, señora Barberá, que su “Caloret” distrajo la atención sobre las magníficas palabras de nuestra Fallera Mayor, Estefanía López, quien con su perfecto valenciano entusiasmó a los falleros concentrados en torno a las emblemáticas Torres de Serranos.
No es mi intención infravalorar su labor al frente del Ayuntamiento durante estos últimos 24 años, tan sólo reprocharle este gran fallo cometido ante el colectivo fallero y quizás pedirle que recapacite un poco sobre ésto y sobre si ello es motivo de alguna iniciativa por su parte.
Sigo insistiendo en que los falleros estamos tristes por sus palabras, y que ello puede llevar al olvido los apoyos a los falleros y su fiesta, que han sido muchos, aunque insuficientes por lo que el colectivo aporta a la ciudad. Eso siempre lo he reivindicado. Porque la subvención del Ayuntamiento a las Fallas es muy poco comparado con el beneficio económico que supone la fiesta. Ya sé que otros han dado mucho menos, pero lo han pagado con creces. Ni el presupuesto de más de un millón y medio de euros otorgado a JCF, ni el 25% de subvención otorgada por la contraprestación pactada en su momento, viene a compensar esos ingresos aludidos a las arcas. Fíjense otras comunidades lo que aportan a su fiesta comparado con lo nuestro.
Pero lo cierto es que ya estamos en Fallas y que todo ello no va amargar la fiesta a nuestros falleros y falleras. Por mi parte, mis mejores deseos para todos y que al final resulte una fiesta sin incidentes destacables. FELICES FALLAS.