Muchas han sido las reuniones que el presidente de la JCF ha tenido con las diferentes entidades que conforman el colectivo fallero. Muchas han sido las notas tomadas por el mandatario y muchas las ideas que han salido de ellas, pero lo cierto es que hasta la fecha solo han servido para poner parches y decir digo donde dije Diego.
Después de tantas ideas lanzadas al aire, la verdad es que muchas cosas van quedando en agua de borrajas y se han tenido que dar pasos atrás, llegando incluso a eliminar la intención de suprimir el 2% que se pretendía en los presupuestos de las luces. En general las explicaciones dadas no han acabado de convencer a nadie, pero no ha habido más remedio que asumir los cambios con la expectativa de ver qué puede pasar en el ejercicio siguiente.
Y es que, con la Comisión de Estudio de las Ayudas a las Comisiones Falleras, “órgano consultivo” impulsado por el concejal Pere Fuset y formado por representantes del mundo fallero, se supone que se ha llegado a un primer acuerdo con respecto a la concreción de las subvenciones para el año 2016. El acuerdo implica el aumento de 50.000 euros de subvenciones, abriendo dos nuevas líneas: una de 30.000 euros para bandas de música y “colles de dolçaina i tabal” durante la semana fallera, completada con otra de 20.000 euros que premiará la cooperación entre comisiones que podrán recibir ayudas a la pirotecnia o a la música en directo.
Cara al 2017, este acuerdo, según la Concejalía de Cultura Festiva, supone aumentar y redistribuir progresivamente las ayudas ofrecidas al colectivo, ampliando el número de líneas y conceptos de subvención, pero eso sí, bajándole la subvención a la iluminación hasta en un 5%, lo que podría suponer que la mayoría de fallas recibirían 30 o 40 euros más por esa reducción en luces.
Sin ánimo de controversias y sí de aplicación de la lógica, esto puede suponer, como ya lo han manifestado, que algunas de las comisiones que apuestan por el alumbrado y que consiguen resultados espectaculares, dejen de apostar por ello, lo que significaría un detrimento en las opciones de ocio para propios y extraños, amén de las consecuencias para un gran barrio que se vería mermado sustancialmente en tantas cosas. Personalmente creo que, por dejar de percibir esos 40 euros, el resto de comisiones no apoyarían esta medida. Rebajar 5.000 ó 6.000 euros significa mucho para una comisión y más si encima se le pretenda reducir ingresos con menos permisos para determinados chiringuitos en la demarcación.
Mucha faena tiene por delante esa comisión consultiva y mucha responsabilidad. Vigilar, que no decidir, en qué gastarse el presupuesto de la JCF en lo relacionado con premios y subvenciones es, cuando menos, difícil, al margen de que, repito, tan solo se trata de consulta, no de decisión, lo que puede suponer que, a pesar de lo recomendado, se haga lo que desde el ente se determine.
Y es que para administrar presupuestos y coordinar un ente autónomo municipal hay que, cuando menos, ser un experto en contabilidad, amén de contar con una experiencia mínima en dirección o gestión de empresas, y nos preguntamos si esa es la línea seguida o no. Las pruebas de lo que ha transcendido hasta la fecha no nos aclara esa cuestión. Nada en absoluto.