Después del último pleno, en el que el Sr. Fuset hacía un balance de sus seis primeros meses en el cargo, este remarcó de una forma muy significativa que, “más allá de lógicas controversias, que son constantes y más propias después del cambio significativo de gobierno, se pueden generar desde los propios falleros, intereses políticos o periodísticos. Estoy orgulloso de ser vuestro presidente y de vuestro trabajo voluntario”.
Interesante deducción de alguien que, desde su particularísimo punto de vista, da la impresión de ver fantasmas por todos los lados y no es capaz de reaccionar, viendo en todos los demás puntos de vista conservadores. Y es que más allá de esos criterios, existe una realidad: la de la Fiesta, de la que transmite la sensación de no estar muy al corriente.
En esta primera intervención en ese Pleno, comentaba que los falleros, con los cambios políticos, pueden generar intereses políticos o periodísticos, pero se obviaba los propios, la sinrazón aparente de muchas de las propuestas y el afán de cambios sin el adecuado análisis.
Dice usted que está orgulloso de ser el presidente, cosa que podemos entender después del esfuerzo que se está realizando por su parte y desde la Junta, pero me gustaría saber si usted percibe la misma sensación por parte de los falleros, que es en definitiva lo que debe perseguir o debe preocuparle.
En nuestra última editorial comentábamos que, bajo nuestro particular punto de vista, no se apreciaba una experiencia y una preparación adecuada en la gestión del ente en base a esas carencias en puntos esenciales. Pues bien, después de lo observado en estos últimos seis meses, no parece que se hayan producido los cambios esperados por el colectivo. A las pruebas me remito después de tanta polémica y tanto enfrentamiento. Este camino no es bueno y sería interesante una pausa para la meditación profunda porque de seguir así, la que más va a perder va a ser la Fiesta.
Entendemos y apreciamos ese esfuerzo realizado, pero sería más interesante hacerlo sin que medien otros motivos que antepongan intereses partidistas a nuestra fiesta o se pretenda realizar cambios que no estén consensuados con los falleros. Y deducimos que no es tan fácil y que también podría ser debido a algún tipo de “movimiento” al que ha de deberse, pero desde aquí insistimos en invitarles a la reflexión y a la consulta para saber que piensan al respecto los más de 100.000 falleros censados. Habría que tener muy presente, que la fiesta debe de ser como la quieren los falleros, no como la quiera el partido político de turno. Y me refiero tanto a derechas, izquierdas o centros.
En nuestros 23 años de existencia nunca hemos entrado, ni lo haremos, en ideologías políticas. Todos han recibido nuestras críticas por los hechos y no por sus pensamientos políticos, con lo cual ya desmontamos la equivocación al encuadrarnos en una línea de conservadores y partidarios de ideología de la fiesta. No, Sr. Fuset, a mí, particularmente, y por la profesión que llevo ejerciendo más de 40 años, me importa un bledo lo que cada uno piense en ese sentido. Lo que me importa, a mí y a la línea editorial de la revista, es la verdad, la transparencia y el buen hacer. Nunca nos movimos por intereses y después de 23 años no vamos a cambiar.
Actualidad Fallera seguirá informando y recogiendo todo aquello que acontezca en el colectivo y nuestras editoriales y columnas de opinión seguirán la misma línea de respeto hacia esas ideas, pero no callaremos nuestras críticas a lo absurdo y a la gestión que no nos convenza.
No quiero terminar esta editorial sin felicitar a todo el colectivo, deseándoles que este próximo año venga cargados de felicidad y de buenos propósitos. FELIZ 2016.