Por segunda vez consecutiva la Asamblea de Presidentes se ha convertido en un enfrentamiento general entre mesa y presidentes. Por segunda ocasión hemos visto nervios, imposiciones, disculpas que no sirven para nada y desavenencias entre falleros.
No tengo claro lo que se pretende desde la directiva, pero las ideas vuelan bajo y la sospecha se centra en que lo que se pretende es conseguir la división de criterio o ganar tiempo, para así, con el despiste, hacer de la capa un sayo. Y eso, si es así, tiene muy mala pinta.
No lo tenemos muy claro, pero se vislumbran sombras que enturbian el horizonte. Si empezamos por el secretario de actas, que se “equivocó” en la redacción, comenzamos ya a sospechar de si fue simplemente un despiste o una intención premeditada y con alevosía, sobre todo después de leer lo que nos viene sorprendiendo en sus escritos en algún medio de comunicación. Porque una cosa es el criterio, que se respeta, y otra hacer correctamente las cosas que se encomiendan.
No es para tomárselo a broma, porque esto empieza a desbordarse y cada vez comprobamos que existe una fontanería más intensiva. Lo que no consiguen los presidentes, se está consiguiendo desde otras parcelas.
La reiteración en las preguntas, por ejemplo, cuando ya está decidida la respuesta, no gustan a los falleros, y de seguir en esa línea, esto bien podría desembocar en algo mucho más peligroso, que no nos gustaría presenciar. Las confusiones que parece ser se pretenden, bien nos podrían llevar a una división de los falleros que podría tener consecuencias que no llegamos a sospechar.
Los falleros ya no se fían de las promesas, de la buena cara que se les da, de la intención de supeditarse a lo que acuerde la Asamblea y después, de lo dicho al hecho hay mucho trecho. Y eso no es coherente, no es serio, no debe de continuar sucediendo.
Doramos la píldora, nos supeditamos y al final, nos la “clavan”. Nunca antes, que nosotros sepamos, se ha pasado por situaciones continuadas como ahora está ocurriendo. Nunca se ha pasado de la Asamblea como se está haciendo en estos momentos, eso sí, con promesas, arrepentimientos y buena cara. Lo malo viene después.
¿Dónde están las medidas que se iban a tomar?, ¿Dónde están las responsabilidades que se exigían? ¿Al final del ejercicio? ¿Cómo se digiere eso? Ya está bien. Basta ya.
Si existen responsabilidades, que se exijan, y si ellas pueden llegar por parte de algún funcionario, no debemos olvidar que esto significa doble responsabilidad. Ni quito, ni pongo rey, pero si existe una presunta negligencia, hay que tomar cuanto antes las medidas oportunas.
Feliz Año Nuevo
Las fechas son propicias para centrarse en celebraciones con la familia. Por ello, en nombre de la redacción de Actualidad Fallera, y en el mío propio, les deseamos un año próspero en todos los aspectos. Sean felices.