Como era de suponer, siguen llegando ‘voces’ que no cejan en su afán de poner palos en las ruedas al recién estrenado concejal de Cultura Festiva. Envidia, malestar por no haber estado en sus pensamientos, intereses políticos y particulares, o simplemente por incordie, lo bien cierto es que después de pasar página con la gestión del sr. Fuset, con quien pocos estaban de acuerdo, llega el cambio y así, de repente, salen críticos detractores que ven en el sr. Galiana defectos determinantes antes de darle la oportunidad de mover ficha. Eso sin contar con los afines y no afines de ambas partes, que también quieren tener su protagonismo.
Me gustaría remarcar algunos ‘reproches’, como aquellos que critican la elección de jurados para la falla municipal. “Si su objetivo era desmarcarse de Fuset, quien sí respetó que los jurados estuvieran compuestos mayoritariamente por representantes vinculados a la fiesta, podía haber pedido perdón por la encuesta a los falleros en la que se les preguntaba por temas personales” o solicitar que “priorice siempre lo que es positivo para la fiesta antes que marcar diferencias con su antecesor”.
Jamás, que recuerde, les había leído o escuchado hasta este momento nada semejante al respecto de la gestión del sr. Fuset como presidente. Es como si ahora, aprovechando la coyuntura del momento, quisieran empezar a hacer los deberes.
Y no hablemos de aquellos que critican que cada presidente ha de rodearse de personas en las que confía. Pues claro, es lo que se debe hacer, sobre todo cuando los elegidos son personas afines a la fiesta y con capacidad de trabajo. La canción cambia según quien la canta.
En un momento como este, en el que la fiesta necesita un cambio y se cuenta con tiempo suficiente para pensar en ello, lo lógico estaría en ofrecer el apoyo, estar dispuesto a participar en los debates que sugiera la directiva, lo que en definitiva significa echar un cable para que las decisiones y resultados sean lo más positivos. Eso sí, cuando se requiera.
Otros están plenamente convencidos de la necesidad y casi urgencia de “ajustar el actual Reglamento Fallero a los nuevos tiempos”, pues claro que sí, y la directiva también lo está, y en lo de “no caer en sombras de intento de manipulación o dirección en un sentido u otro”, muy obvio. Pero no gusta que un presidente que tiene que “cumplir y hacer cumplir el Reglamento, nombre más o menos vicepresidentes que los reglados o manifieste que delegará responsabilidades en personas que no son vicepresidentes”.
En un momento como este, en el que la fiesta necesita un cambio y se cuenta con tiempo suficiente para pensar en ello, lo lógico estaría en ofrecer el apoyo, estar dispuesto a participar en los debates que sugiera la directiva, lo que en definitiva significa echar un cable para que las decisiones y resultados sean lo más positivos. Eso sí, cuando se requiera.
Confianza en lo que tenemos y apoyo a lo que se determine, esa es mi convicción y, como es lógico, cuando motivos haya, críticas constructivas y con buen talante. Mientras no se demuestre lo contrario, habría que tener confianza en la buena predisposición.
“Por todo ello, aquí no se debe llegar con el único ánimo de restar, aquí se debe venir predispuestos a ayudar, facilitar las cosas y olvidarse de intereses partidarios o políticos”. Así me manifestaba en octubre de 2015, meses después de la llegada del sr. Fuset a la presidencia. Y lo sigo pensando. Dejar trabajar y querer sumar. Ser críticos y exigir, por supuesto. Ya llegarán, si llegan, momentos de sacar a la palestra defectos y hasta si me apuran virtudes. Pero es que con la pandemia todavía sobre nuestras cabezas, y con el ejercicio nuevo dando primeros pasos, todo lo relatado me suena, como decía aquel, “raro, raro, raro”.
Todo esto que está sucediendo da esa impresión, y lo digo basándome en hechos reales, como cuando se ha callado o no se ha actuado con firmeza en los despropósitos vividos con otras directivas. Considero que debemos felicitarnos porque el perfil y el talante de quienes ocupan los cargos no son los mismos que los de otros en pasados ejercicios.