
Los "haters" y los "fans" salen a trinchar el pollo que se ha organizado, con un concejal Fuset al que su idea le ha superado. Las redes sociales arden y pintan bastos en algunos puntos de enconamiento que da gloria verlos. Está la cosa fina, y lo que te rondaré.
Personalmente opino que el camino elegido no es el que me gusta. Pero nada de nada. Y que C&S me gustan mucho, muchísimo. Me gustan tanto como que los considero un auténtico emblema de las fallas infantiles municipales. Insuperables. Algún día estoy seguro de que veremos la décima. Nos lo merecemos todos los valencianos.
Lo de ayer va a traer cola, vamos a escuchar mucho sobre el tema, y ciertas divisiones se van a hacer más marcadas si caben. Y a esto es a lo que me refiero cuando digo que ciertas decisiones no son acertadas, porque corren el riesgo de dividir. Cuando se quiere tutelar algo, pasan estas cosas.
Y está claro, cuando lleguen las Fallas 2017 y el proyecto esté en la calle, habrá leña (qué ecológico todo, ¿no?) a gusto del consumidor. Y el que ataque lo hará por ser un "troll", y el que defienda lo hará por ser "de la cuerda". O al menos eso se dirá.
Lo que está claro, y es un hecho, es que la división existe, es palpable, más que notable y crea distensiones en el colectivo fallero. Algo que, insisto, se podría haber evitado. El tejido se va quebrando y me preocupa leer las cosas que leo en muchas ocasiones.
¿Está el ciudadano, que sale a ver fallas en el mes de marzo, preparado para una propuesta de Ruiz y Nardín en la plaza del Ayuntamiento? No lo sé. Se lo diré en marzo, aunque, yo, en mi fuero interno, vislumbro una respuesta.