Hace un par de meses les hablaba de los mantras ¿Se acuerdan ustedes? Les hago memoria. Me refería en aquella ocasión a que el concejal de Cultura Festiva, Pere Fuset, había convertido la aspiración fallera en pos del Patrimonio de la Humanidad en su mantra particular. Ese ansiado logro se había transformado en casi elemento monotemático dentro de la gestión de Fuset en la fiesta fallera. Más allá de acciones dirigidas a la promoción de la candidatura, sustancial, lo que se dice sustancial, poco habíamos visto hasta el momento. Quizá sólo el cambio de la Exposición del Ninot.
Yo me preguntaba en aquel artículo qué pasaría el día después de ser Patrimonio. Bueno, pues aquí estamos. El día después es hoy. Somos Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad y estamos todos más contentos que unas Pascuas. Y no es sarcasmo, es la pura realidad. Yo estoy feliz de que mi fiesta, la tuya, la nuestra, la de todos, sea algo global, reconocido y respetado. ¡Ole nosotros y nuestros bemoles! Lo hemos logrado sacando año tras año la fiesta a la calle; lo han logrado los artistas falleros; lo han logrado los indumentaristas; lo han logrado los músicos; lo han logrado los pirotécnicos; y lo hemos logrado los que mes a mes pagamos cuota y hacemos falla. El resto es espuma. Soplando se va.
Un inciso: Bravo, señor Fuset. El discurso pronunciado en la recepción oficial a las Fallas en la Generalitat el lluvioso 4 de diciembre fue lo que tenía que ser. Ni más ni menos. Reivindicación, agradecimiento y triunfo colectivo. Igual que la Crida a la Humanitat, la falla y el piromusical. Celebración de altura para un título de altura estratosférica. Enhorabuena.
Lo que decía. Mantras. Se acabó lo de ‘fer pinya’ para el Patrimonio. ¿Y ahora qué? Ya avanzaba yo que el Congreso Fallero saldría a la pista a marcarse bailes de salón, pero que no creía que fuera tan pronto. Y ahí reconozco que me han pillado. Pero de todas formas, sospechaba que sería uno de los nuevos mantras. Y ya lo tenemos encima de la mesa.
El Congreso Fallero. Pues ahora tocará hablar de Congreso Fallero. Pero no sólo de él, ya que igual es demasiado fallero, demasiado concreto y se diluye. Ahora se habla mucho de trasladar el Museo Fallero. Hay quien incluso habla del edificio de Correos. El caso es que el debate de llevarse o la JCF o el Museo de la avenida de la Plata también está sobre el tapete. Y a todo esto me hago una pregunta: ¿Hay recursos económicos para hacerlo?
El Institut Municipal de Cultura Festiva de Valencia era uno de los puntos del programa relativo a fiestas de Compromís, y tampoco ha aparecido de momento. ¿Será otro mantra de próximas fechas? ¿O es que no hay ‘parné’ ni para esto ni para tocar nada de lo que se radica y establece en la avenida de la Plata?
Al final y al principio hay que tener en cuenta que estamos en Navidad, y es muy propio aquello del ‘fum, fum, fum’.