En el momento de cerrar la edición de este número se daba a conocer que la Interagrupación de Fallas de Valencia había presentado por registro de entrada una serie de solicitudes al respecto de la controvertida encuesta fallera que copó la actualidad del mes de junio. Las 22 agrupaciones, unidas, presentaban ese documento.
Miren, estoy preocupado, y lo estoy porque lo que parecía una ‘tronà’ se ha convertido en un continuo chaparrón repleto de charcos que se chafan con la misma intensidad con la que los pisaba Gene Kelly en ‘Cantando bajo la lluvia’. La fiesta está sufriendo, y lo hace por culpa de una fractura enorme, tremenda, como jamás el que suscribe había presenciado.
Hace dos años tenía lugar la primera Asamblea de Presidentes de Pere Fuset. En aquella sesión, todavía en el hemiciclo del Ayuntamiento de Valencia, servidor destacaba en su crónica que ese primer acercamiento tuvo como nota dominante el diálogo. Y el diálogo, a día de hoy, si no está roto poco le falta. No puede haber más alejamiento entre la oficialidad, el cargo político, y muchos de los actores que componen el hecho festivo fallero. Y es que el presidente ni los entiende ni parece que quiera hacerlo.
Fuset manifestó su intención de ser un presidente ni omnipotente ni omnipresente. Y de momento el nombre más omnipresente es el del concejal, constantemente, por decisiones tomadas en el ejercicio de su cargo, polémicas en la gran mayoría de casos.
Fuset manifestaba su deseo de leer titulares positivos, sobre todo en la prensa generalista, al respecto de las Fallas. Titulares en la prensa generalista ha habido, muchos referentes a la reprobación del presidente y su directiva; la polémica de las normas de vestimenta de la Corte de Honor; la polémica de la encuesta fallera. Y minutos de televisión a nivel nacional por ello.
La declaración de las Fallas como Patrimonio Inmaterial de la Humanidad quedaba fijada como uno de los objetivos de su gestión. Y eso sí que llegó. Como para no enterarse a estas alturas de que ‘Som Patrimoni’.
También se adelantó que la Asamblea de Presidentes contaría con la asistencia del alcalde de Valencia, Joan Ribó, en fechas a determinar. Casi dos años después de aquello, durante este pasado mes, en declaraciones a diferentes medios de comunicación, el alcalde, respecto de la intención de la Interagrupación de pedirle que compareciera en la Asamblea de Presidentes debido a la polémica de la encuesta, afirmaba que “el alcalde no es dedica a apagar tronaes en un got d’aigua”, así como que “moltes de les coses que s’han dit respecte a preguntes que s’han fet són senzillament falses”. “Tinc molta faena i tinc tota la meua confiança en el regidor que es dedica a estos temes”, subrayó.
Al cerrar la edición antes de la Asamblea de Junio no sabemos todavía si el alcalde fue o no a la reunión. Pero sus palabras parecían indicar que no tenía pensado asistir.
“Tenim el repte de fer pinya”, dijo Fuset en aquella primera Asamblea, la del diálogo. Pues ‘pinya’ de momento no hay ni para un zumito. A la ‘pinya’ siempre le acompaña el ‘comboi’, y de eso sí que hay, ‘comboi’ todo el mundo. ¿Quieren un ejemplo? La unión de las 22 agrupaciones contra la encuesta del Ayuntamiento.