Se supone que si en su día se creó la delegación, se haría con el propósito de controlar, estudiar y valorar las situaciones donde pudiera existir indicios de contravenir lo legislado en los diferentes congresos, amén de hacer lo mismo con situaciones anómalas surgidas en el colectivo. Entonces, nos preguntamos cómo se puede sancionar a alguien que sale con blusón en la ofrenda, o perder su tiempo con el presunto insulto de una fallera a sus compañeras, cuando esto es más propio de los tribunales ordinarios, y por otra parte no se investigan hechos de los que todo el mundo es conocedor, ya que ellos mismos lo han admitido. Porque, miren ustedes, hasta han contravenido las normas de la propia discoteca a la que asistieron y donde estaba prohibida la entrada a menores de 21 años, edad que alguna de ellas -las candidatas- no han alcanzado.
Si no se encausa este particular, y puestos a ver fantasmas, hasta podíamos cuestionarnos los "motivos" que, presuntamente, puedan hacer inaccesible la investigación. De ser así, podría resultar peligroso y lamentable.
Ustedes mismos. O dan una explicación y cumplen con su cometido, o ponen en entredicho la labor de una delegación que tantos años ha velado por el buen hacer de la fiesta, por su integridad y por su futuro.
Qué bonita es la Navidad
Es de obligado cumplimiento que en estas fechas nos ocupemos de trasladar a nuestros lectores y falleros en general nuestra satisfacción por la confianza que siguen depositando en nosotros mes tras mes, año tras año. Gracias por ello. Y precisamente por esta razón tratamos de superarnos cada día, de ofrecer lo mejor de lo que somos capaces, de agudizar nuestro ingenio, de sacar lo mejor de nuestros periodistas y así imprimir "caché" y seriedad a nuestros escritos.
Saben muy bien que no andamos con medias tintas y llamamos a las cosas por su nombre, lo que sin duda nos proporciona de vez en cuando algún contratiempo. Pero eso no nos importa, porque procuramos poner las cosas en su sitio y a los tramposos en su trampa. Y eso, amigos falleros, va en beneficio del colectivo. Tenemos claro que siempre estarán los disconformes, los que sacan los pies del tiesto, los que tratan de enfrentarnos con los demás, los buenos para nada que utilizan las malas artes para autoproclamarse salvadores de las causas perdidas, los que se atribuyen beneficios que no les corresponden o los que desprestigian gratuitamente y se aprovechan de los demás para publicitarse o para imponer políticas caducas. Ésos, y sus acólitos, a buen seguro que sin mucho tardar recogerán su cosecha.
Después de 15 años visitando casales, después de dar cobijo a la información que nos llega de todas y cada una de las comisiones, después de procurar que nadie se haya sentido discriminado, la verdad es que nos sentimos satisfechos por lo que, creemos, es un trabajo bien hecho. Una lástima que algún descerebrado no sepa valorar ese trabajo.
De todas formas, y a pesar de esa ínfima minoría sin sentido, me reitero en la satisfacción y quiero trasladarla al colectivo a través de este sincero deseo:
Feliz Navidad y Próspero Año 2008.
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