La nuestra es tierra de fuegos, coloristas y sonoros, y quizás esto último es el mayor problema, que cuando se abre la caja de los truenos es mejor estar atentos. La pólvora es peligrosa, y corre, no vean como corre, y más en épocas como las actuales donde con un sencillo clic se activa la teoría del húngaro Frigyes Karinthy, denominada ‘de los seis grados’.
Para quien le pille fuera de juego, la teoría es muy fallera, y se basa en que un comentario crece multiplicándose por el número de conocidos que uno tiene. Lo que toda la vida fue la ‘charraeta’ de casal entre seis amigos, y que se alcahueteaba a otros seis por cabeza, y así exponencialmente se llegaba a toda la comisión. Hoy en día, y gracias a Mark Zuckerberg, el mundo bajo la teoría ‘de los seis grados’, pasos, o saltos, se convierte en un pañuelo.
Una hecho probado se vivió el pasado mes de junio, donde en apenas cuatro de los citados seis pasos, el artículo publicado en Actualidad Fallera sobre la propiedad intelectual, correría como la pólvora. La verdad, no me sorprende, pero me molesta que simplemente nos quedemos con lo superficial, con el ‘chismorreo’ fácil multiplicado en su exponencial. El artículo no buscaba en ningún momento una ‘caza de brujas’, buscaba simplemente evidenciar lo complejo que es aplicar esa propiedad sobre un producto tan grandioso. Los comentarios y llamadas se sucedieron en un visto y no visto, muchas sin siquiera haber leído el artículo, y sin darse cuenta de lo que realmente se defiende en éste, la verdadera propiedad intelectual.
Tengo que reconocer que en el caso del presidente del Gremio de Artistas Foguerers de Alicante me ha llamado poderosamente la atención la cantidad de gente que se permite el lujo de opinar, criticando al autor del dibujo original alegándole buscar notoriedad por defender su trabajo. ¿Notoriedad? ¿Por qué no nos documentamos un poco antes de hablar para saber quién es Sergio Sandoval, y su estatus profesional derivado de su trabajo? A lo mejor así, sabemos realmente quién se aprovecha de quién. Por ello y con motivo del cruce de comunicados, me quedo como resumen con la reflexión del propio dibujante en su muro tras conocer la ‘disculpa’ del constructor alicantino. Sandoval decía así: “Aquí no se pretende hacer daño a nadie, esto es sólo una llamada de atención a todo aquel que no le da importancia a este tipo de ‘robos’. Nadie puede coger un dibujo al azar de internet, copiarlo, fusilarlo o plagiarlo, sin ni siquiera preocuparse de su procedencia o de su autor. Y seamos sinceros, si yo no llego a hacer el comunicado de prensa, aquí no sale ni mi nombre ni el de Pepito Flores. Es indignante que ocurran estas cosas y que ciertas personas no valoren el trabajo mental creativo que hay detrás de cada obra. Ese trabajo es el que le da el sentido a la obra, ese trabajo de creación previo al de su realización es lo que le da el alma. No puede uno robar el alma de una obra y aun así, tener el descaro de decir en una supuesta disculpa, que está en su derecho como artista “a emplear como punto de partida una imagen para alcanzar con ella otros objetivo”. Sí inspirarte, influenciarte, pero no te la copies literalmente. Para zanjar el asunto, diré que me siento satisfecho de que se reconozca mi parte de mérito en esta monumental obra y por mi parte aplaudo el excelente trabajo de Pedro Abad”.
Esto sí es a mi entender respeto y humildad a la propiedad intelectual de un colectivo.