Después de años de espera, de críticas al sistema y sus integrantes, la izquierda valenciana se hacía con una de las atalayas más importantes de la derecha valenciana, las Fallas.
El martes 14 de julio, como si de homenaje a la toma de la Bastilla se tratase, Pere Fuset entraba en el hemiciclo valenciano ocupando el anhelado sillón de terciopelo rojo reservado al primer edil de la ciudad, y en su nombre, el presidente ejecutivo de JCF.
Serían presentados días antes, pero era el momento de hacer constar en acta a los nuevos integrantes del OAM-JCF. Buena gente todos ellos, nadie lo duda, como los anteriores, aunque resulta paradójico algunos nombramientos si uno echa la vista atrás.
Tres años antes leíamos las palabras del, por entonces, portavoz del grupo municipal Compromís, Joan Ribó: “Se hace imprescindible cubrir la vacante del Coordinador General, que debería recaer en la persona de un funcionario de la administración municipal -hecho que garantizaría la independencia política de la JCF respecto al PP- y prescindir de José Luis Vaello, que actúa de comisario político de Francisco Lledó y el Partido Popular”.
Personalmente no he tenido mucho trato con el nuevo secretario general. Aparentemente parece cordial, amable y, a buen seguro, competente. No rehúye preguntas, y considera que no fue acertado aquel comentario. Pero que yo sepa, la realidad es que no es un funcionario de la administración municipal, tampoco militante de Compromís, aunque contaron con su opinión para la realización del programa electoral, y disfrutó como los allí presentes la noche del 24 de mayo en la plaza del Pilar. Según las palabras del presidente nato de JCF y actual alcalde de la ciudad, Joan Ribó, ¿le invalida esto para ocupar el cargo de secretario general? ¿Lo calificará de comisario político ahora que depende de su persona?
Aquel mismo 22 de marzo de 2012, y en el mismo comunicado, el actual primer edil reclamaba a la Sra. Barberá y al Sr. Lledó el inmediato cese del vicepresidente de JCF Jorge Guarro, elegido democráticamente por los representantes del Botánico como Delegado de Sector, por sus problemas judiciales dentro de su ámbito laboral. “La presencia en la JCF de personas como el señor Guarro es un atentado a la honorabilidad del mundo fallero que no se puede permitir ni un minuto más” , afirmaba Joan Ribó. Jorge Guarro fue nombrado el 14 de julio como Delegado de Promoción. ¿Podrá explicar el presidente nato de JCF qué ha cambiado desde entonces?
Pere Fuset es presidente ejecutivo de JCF gracias a esa fiesta politizada que criticaba en su propuesta de gobierno: “un regidor de un partido político con sus intereses electorales”. En declaraciones realizadas a Actualidad Fallera el pasado mes de junio nos informaba de que sus asesores festivos era la sectorial de Compromís. Al concejal se le impondrá en unos meses el Bunyol d’Or honorífic. Como fallero, Fuset no podría ostentar ni un cargo de vocal en JCF, ya que según Reglamento se exige como mínimo el Bunyol d’Argent. Y sólo tiene el de Coure.Igual me parece sólo a mí, pero por mucha voluntad que le ponga, al concejal de Cultura Festiva le queda mucho trabajo para ganarse la credibilidad del colectivo, y convertir verdaderamente en fallera a una JCF a priori tan politizada o más que antes.