En Fusilandia, ciudad imaginaria donde todos veneran a su amado líder, comenzaba oficialmente el ejercicio fallero 2017/2018 el pasado 23 de mayo con la constitución de su Junta Central Fallera tras el preceptivo pleno del mes de mayo. Días antes, conocíamos tras reunión informativa, la que será la nueva cúpula fallera para el presente ejercicio, donde a pesar del respaldo público del concejal, con la clara intención de mantenerlo en su puesto según sus propias declaraciones de hace apenas unos meses, éste había cesado en sus funciones al secretario general con el motivo de buscar un nuevo perfil. Particularmente desconozco qué perfil hay por encima del anunciado en su momento como Dream Team, el tiempo lo dirá…
Una destitución que conoceríamos por la prensa, con entrevista incluida, aunque para esto no hubo adjetivación de filtraciones, y donde el ya exsecretario desvelaba, entre otras, que a pesar de lo dicho por el concejal en su momento, toda la directiva era conocedora del manido documento dado a firmar a las candidatas. Un documento, falso copia y pega literal, que como recordarán hizo sonrojar a los falleros, siendo la comidilla de media España por unas estipulaciones alejadas en intención y forma de las aconsejadas anteriormente.
Parecía por tanto que finalmente se cumplirían los cambios exigidos por la Asamblea de Presidentes meses atrás, y que después de una extensa lista de inconvenientes, llegaría el pleno donde desvelar públicamente la quiniela del concejal, que no de los medios, ya que, como el resto de mortales, parecíamos conocer en tiempo real los noes, síes y dependes que le respondían en su periplo políticofestivo. Para estas “filtraciones” la ética tampoco sería necesaria.
Los cambios darían finalmente con una nueva directiva donde la manida paridad abogada por el concejal se diluye como tinta para titular nada más pasar el primer escalón. Donde la democracia soñada de las bases, tan escasa según el presidente de JCF, se toparía nuevamente con la voluntad de la “élite”, o peor quizás, de lobby políticofestivo que ostenta hoy el poder. Repasen ustedes mismos y vean cuántos hombres y cuántas mujeres hay en los puestos de Delegado/a, cuántos de ellos son surgidos de la voluntad de los falleros, y cuántos provienen de la designación directa del concejal.
Purgas o no, lo que es un hecho es que el colectivo fallero no tiene plasmada proporcionalmente su democracia real en el organismo rector por designio expreso de su presidente. El desafortunado comentario más generalizado, hombres y mujeres de paja que sirvan de salvaguarda para sus intereses políticos de cara a una campaña que se iniciará en breve. Maleables y sumisos, que asuman sin rechistar los posibles charcos, tan comunes en estos días, en los que pueda bucear su líder. ¡Ay de aquel que piense! Pues a pesar de su buen hacer, una lengua del fuego lo consumirá cual rastrojo ¿verdad Aitor?
Y entre todo este despiporre juntero, llegaría la presentación de la falla municipal 2018, esa que destriparía su propio diseñador en diversos medios horas después de su fallo. Para entonces no hubo reprimenda pública, ni ética que valga. El problema quizás es que esta vez nos enteramos todos a la vez, craso error para aquellos que quizás acostumbran de comprar voluntades a golpe de exclusiva.