Un año más y cumpliendo con lo establecido, a mediados del mes de octubre conocimos el nombre de la señorita y la niña que ejercerán el más que apreciado cargo de Fallera Mayor y Fallera Mayor Infantil de Valencia.
Un acto, el de su nombramiento, que genera una notoriedad en el mundo fallero indescriptible y en muchas ocasiones añorada en otros aspectos de la fiesta.
Pero ya tenemos a nuestras máximas representantes, ya tenemos a Estefanía López y María Donderis preparadas para vivir un año indescriptible y deseado por muchas señoritas y niñas falleras que ven en ese cargo la oportunidad de vivir nuestra fiesta de una forma especial y diferente.
Llevan pocos días en el cargo, y de momento sólo se puede destacar las ganas que tienen de desempeñar su función y que al final de la misma sean recordadas como unas excelentes Falleras Mayores de Valencia. He tenido la oportunidad de compartir con ellas unos minutos y la sensación no ha podido ser mejor. Espero y deseo que la misma la mantenga todo el año.
Como cada ejercicio la elección de nuestras máximas representantes genera todo tipo de comentarios, y este año no iba a ser menos.
Carlos Galiana, miembro del jurado de la Fallera Mayor de Valencia, manifestó la necesidad de plantearse cambios en el proceso de elección, debido principalmente a lo extenso del proceso. Y es que hay que recordar que el proceso de elección comienza en julio, alargándose casi cuatro meses, entre otras cosas.
Otro de los aspectos a destacar, y no sólo este año, es si la decisión de los jurados se determina por unanimidad. Siempre se ha dicho que la misma en muchas ocasiones no es unánime y aunque mucha gente se escandalice, creo que entra en la más absoluta normalidad.
Y es muy normal que al final del proceso y después de que las candidatas sean examinadas por diferentes jurados, queden las que en teoría son las mejores preparadas para desempeñar el cargo y por ello la última fase del proceso sea la más complicada para el jurado. Por lo que entra en la más absoluta normalidad que pueden existir discrepancias al final del mismo y no se produzca esa “unanimidad” tan deseada. ¡No hay que escandalizarse!
Después del nombramiento, llegó el acto de la Proclamación, que para un servidor es uno de los actos más emotivos y bonitos para las recién elegidas. Es el momento en el que recibes la mayor y mejor ovación del mundo fallero, representado por sus presidentes, fiestas hermanas, directiva de Junta Central, Falleras Mayores y concejales de la corporación municipal (eso sí, no todos, ya que al mismo no acudieron los representantes de Izquierda Unida y Compromís, alegando problemas de agenda). Pero ninguna ausencia pudo empañar el momento que tanto Estefanía como María vivieron en el hemiciclo de la casa de todos.
Desde estas líneas sólo me queda desearles un feliz ejercicio fallero a las que ya son nuestras Falleras Mayores de Valencia.