Mucha expectación se había creado sobre la asamblea del mes de julio, al ser la primera de Pere Fuset, como nuevo presidente de la Junta Central fallera. Una reunión que no decepcionó a ningún participante de la misma, y eso que la afluencia fue masiva. La ocasión lo merecía y los protagonistas no defraudaron.
Hay que decir y reconocer que el Sr. Fuset llegó al hemiciclo del Ayuntamiento con los deberes bien hechos. Se preparó la asamblea a conciencia y de forma muy inteligente aprovechando todo el miedo que en días anteriores se había generado sobre la llegada de su grupo político al poder. La solución era fácil: transmitir un mensaje de tranquilidad y buenos propósitos. Y el resultado fue el esperado, ovación de los presentes a la finalización de la misma.
Al margen de esta asamblea de presidentes, que pronto pasará a la historia, si no ha pasado ya, esperaremos a las siguientes para observar si los buenos propósitos se cumplen y cuentan con el beneplácito de los presidentes y presidentas.
Cambiando de tema y hablando de nuevos propósitos. Todo parece indicar que el nuevo equipo de gobierno en el ámbito de la fiesta está decidido, o bien a minimizar o directamente eliminar toda subvención sobre la iluminación de nuestras calles en las fiestas falleras. Hay que recordar, (cuando se tome esta medida, bien este año o el siguiente) que son muchas fallas las que ponen iluminación durante las fiestas. Quizá sólo recordemos en este caso a las tres comisiones de ruzafa, que durante muchos años, más de cuatro décadas iluminan sus calles con motivo de las fiestas josefinas. El argumento de justificación, ya se lo puedo adelantar yo: “es que el tema de las luces no es nada fallero, hay que potenciar el monumento”. Pues sólo una nota al respecto. La iluminación genera por un lado mucho trabajo a los falleros integrantes de estas comisiones, y todo beneficio económico que se pueda obtener de las mismas se revierte en el monumento, dado que no es por casualidad que las dos comisiones en estos momentos referentes de la iluminación, Sueca-Literato Azorín y Cuba-Literato Azorín militan a la máxima categoría, intentando con su esfuerzo plantar las mejores fallas posibles, porque evidentemente ese es el deseo y el objetivo. Siempre lo han tenido muy claro, no hace falta que venga nadie a recordarlo.
Dicho esto y para no adelantarnos a los acontecimientos, que ya tendremos tiempo para hablar, inmersos en el mes de julio, la feria que lleva este nombre ha sido la auténtica protagonista. Una feria muy participativa, donde toda la ciudadanía ha colaborado en las innumerables actividades programadas en nuestras calles. Un éxito de participación, indicador del potencial de esta feria en nuestra ciudad.
Y ya estamos en el mes de agosto, donde llega el respiro vacacional, que sirve para coger fuerzas y encarar el mes de septiembre con todas las ganas posibles para llegar a mitad del ejercicio fallero con la ilusión y por qué no decirlo, y con la valentía, que nuestra fiesta fallera genera. Dicho esto, les deseo a todos ustedes, un feliz verano.