Alicia y Sofía, Sofía y Alicia. Ellas son ya las máximas representantes de las Fallas de 2016, las Falleras Mayores de Valencia. Existía mucha expectación en el nombramiento de este año, ya que era el primero de la nueva época política y las primera Falleras Mayores de la era Fuset/Ribó. Un acto, el del nombramiento, más conocido como “el de la llamada”, que bien fuera porque era el primero del nuevo alcalde, bien por lo que fuere, resultó un poco frío y lejano con las que serían minutos después del inicio las auténticas protagonistas del día.
Y digo que resultó un poco frío por la rapidez con la que se desarrolló y las pocas palabras que pudimos escuchar del alcalde la ciudad, que parecía que quería que este momento pasara lo más rápido posible. Cierto es que no era ésta la intención del alcalde, cuando decidió presentarse en casa de las afortunadas para darles la enhorabuena, convirtiéndose en el primer edil que se persona en el hogar de las protagonistas del día, por lo que entiendo que esa frialdad a la que me refiero del propio acto se debió a los nervios del momento, a la responsabilidad del mismo o simple y llanamente a la timidez del alcalde en un momento importante, muy importante.
El nombramiento estuvo plagado de anécdotas. Desde que la nueva Fallera Mayor no cogiera el teléfono a la primera, a que Joan Ribó se equivocara de sobre, abriendo primero el de la Fallera Mayor, que por primera vez en la historia se nombrara a una Fallera Mayor Infantil de Valencia censada en una comisión de pueblo, de Quart de Poblet, o que tengamos a una Fallera Mayor de Valencia del sector de Malvarrosa.
Y es que con todo ello, podemos decir que las reinas del cambio han entrado por la puerta grande rompiendo todos los estereotipos hasta ahora marcados y repetidos hasta la saciedad.
Hay que destacar que cuando se llegó a casa de la Alicia Moreno, nuestra flamante Fallera Mayor, no cabía ni un alfiler en la calle San Rafael ni en su portal. Centenares de personas se aglutinaban en el portal para no perderse detalle de este momento histórico tanto para la protagonista y su familia, como para su comisión y su barrio. Entre caras de sorpresa y alegría iban llegando todas las autoridades, tanto políticas como falleras, para dar la enhorabuena y para advertirle que su vida desde hacía unos minutos cambiaría por completo y que esto era sólo el principio. Alicia no dejó de sonreír en ningún momento de la noche, asimilando lo que le acababa de ocurrir.
En definitiva el protocolo se ha vuelto a cumplir y la fiesta ya tiene a sus máximas representantes. El mes de octubre siempre se caracteriza por este acto, muy importante para el colectivo fallero, ya que la fiesta engloba muchos aspectos y todos, absolutamente todos, son importantes le guste a quien le guste.
Cambiando de tema, días antes del nombramiento conocimos los proyectos que la Federación de Fallas de Especial plantará el próximo mes de marzo. Una competición que a pesar de la crisis que estamos padeciendo, las comisiones integrantes de esta federación, de nuevo, nos van a ofrecer una gran competición y nos van hacer disfrutar de lo lindo cuando visitemos sus plazas.