Llega la Navidad y en estos días las buenas intenciones, la paz y el amor inundan todos los rincones de nuestro día a día. Por lo que respecta al mundo fallero no estaría nada mal que el espíritu navideño se apoderada del colectivo fallero ya que estos últimos seis meses han sido muy intensos, demasiado intensos.
Dos no discuten si uno no quiere y eso es bien cierto, aunque en nuestro caso todos están por discutir. Por un lado, las comisiones falleras y uno de los entes que las agrupa como es la Interagrupación de Fallas, que ve fantasmas por todos los sitios y lugares, y si no los ve dice que los ha visto. Y por otro lado la Concejalía de Fiestas y el Sr. Fuset, que decide entrar en todo bajo la responsabilidad que tiene todo concejal de gobernar, es su función.
Siempre he dicho que la Concejalía de Fiestas es la más complicada de nuestro Ayuntamiento, tanto por la idiosincrasia de nuestras fiestas como por el carácter de los integrantes. Una concejalía difícil que debe de estar dirigida por una persona valiente y con talante, mucho talante. Que sepa escuchar, que no es lo mismo que oír, y entender todas las sensibilidades del mundo festivo, que son muchas. Sinceramente creo que sí que tenemos a esa persona, creo que sí que tenemos a un concejal valiente y que escucha, pero que también se debe a la aplicación de un programa, que estemos de acuerdo o no, es el que es, guste más o menos siendo el querido de los votantes.
Lo que se tiene que entender por el bien de la fiesta, es que es necesario pisar un poquito el freno y disminuir la velocidad. Como he dicho hemos vivido seis meses de infarto donde se ha puesto en entredicho todo, absolutamente todo lo que nos llegaba desde la Concejalía de Fiestas y la directiva de Junta. Puedo entender que la incertidumbre que se crea con la llegada de los nuevos responsables genere cierto nerviosismo, pero llegar a los niveles que estamos llegando, sinceramente creo que es malo, muy malo para nuestra fiesta. Por lo tanto, solicitaría calma, paciencia y sosiego.
Estoy deseoso de que pasen estas fiestas y que verdaderamente empezamos hablar de Fallas. Sí, de Fallas. Que empiece a entrarnos el gusanillo de saber qué pasará, de comenzar con todos los preparativos, de empezar hacer quinielas sobre las mejores fallas que veremos plantadas, de ver finalmente la Exposición del Ninot en un lugar más que digno como es el Museo Príncipe Felipe, de especular lo que veremos en la Crida, de que las vallas lleguen a la plaza del Ayuntamiento, señal inequívoca de la llegada de la pólvora. ¡En definitiva, ganas de Fallas!
Pero antes de ello, pasaremos estos días como marca la tradición, en familia, con amigos, disfrutando de buenos momentos, comprando como si se acabara el mundo, pero es lo que tiene la Navidad. Por cierto, ya que nuestro Ayuntamiento nos felicita las fiestas y no la Navidad, un servidor sí que lo hará. ¡BON NADAL!