Escribo mi última columna en Actualidad Fallera con las mismas ganas e ilusión que escribía la primera. Un nuevo reto para seguir trabajando por la fiesta me imposibilita poder seguir ejerciendo mi profesión, en temática fallera, que no en otras, y es por ello que estas líneas tienen tintes de despedida temporal.
Han sido catorce años ejerciendo mi profesión con la pasión y sentimiento propio de nuestra fiesta. Más de una década, donde principalmente he reído y disfrutado, con el único objetivo de trabajar por y para lo que más queremos.
Las fallas son pasión, una característica que va en el ADN de los artífices de la fiesta, que no son otros que las falleras y falleros que día a día dedicamos parte de nuestra vida a realizar la que es, sin duda, la mejor fiesta del mundo. Nos cansamos en repetirlo constantemente, a diestro y siniestro, porque nos sentimos orgullosos de lo que hacemos, nos sentimos satisfechos de poder enseñar al mundo nuestra forma de hacer fiesta, cultura y defender nuestras tradiciones. Va en nuestra forma de ser y nunca debemos de cambiar la misma.
Tenemos por delante unos años de retos, de retos constantes porque nuestra fiesta no para ni un minuto. Todos los días dedicamos nuestro tiempo a hablar, analizar y argumentar todos los aspectos que puedan mejorar nuestra fiesta. Eso nunca lo tenemos que poner en duda. En ocasiones, discreparemos con ciertas argumentaciones, pero sabemos que solo son discrepancias. Nunca hay que poner en duda que todos los integrantes de la misma tenemos como objetivo el luchar y trabajar para hacer una fiesta mejor.
Estamos en mayo y no paramos de hablar de Fallas. Llegará junio, y seguiremos hablando de Fallas, así todos los meses. Y es que ésta es la grandeza de nuestra fiesta, el trabajo continuo y desinteresado de intentar encontrar los mejores mecanismos para seguir favoreciendo a la misma.
Siempre he dicho que el mayor baluarte que tienen las fallas son las falleras y falleros. Es el verdadero motor de la fiesta. No perdamos el norte e intentemos sosegarnos y tranquilizarnos, nuestra fiesta nos lo agradecerá.
Seguiré en contacto con todos mis compañeros, con mis amigos. Porque una de las grandezas que tiene esta fiesta es la capacidad de encontrarte con gente que forma parte de tu vida, que decides que entre en la misma y que no salga. Hay que quedarse con las cosas positivas y con las que verdaderamente importan. El resto, ni vale perder un minuto de tiempo ni una línea de esta columna.
Abro una nueva etapa donde espero poder cumplir con los objetivos que yo me marco y que creo. Con objetivo claros, de intentar beneficiar y contribuir al bien de nuestra fiesta. No hay más, ése es el objetivo fundamental. Espero poder aportar mi granito de arena con la finalidad de seguir construyendo.
Solo puedo expresar mi gratitud a catorce años de trabajo y dedicación. A todas las personas que han confiado en mí y que lo siguen haciendo. A todos los medios y a sus responsables que nunca han tenido ninguna duda en contar conmigo para hablar y trabajar por las fallas. A todos, GRACIAS.