La agenda diaria de nuestros políticos nunca te deja de sorprender y suele responder a diferentes objetivos de representación, políticos, ideológicos o váyanse a saber. Pero llamó mucho la atención la asistencia del presidente nato de la JCF, el señor Ribó, a la gala de les Lletres Falleres del pasado mes de mayo (el mismo día que sus socios de gobierno, PSPV, iniciaban sus debates con el colectivo fallero en el Palau de la Exposición). Su visita creó mucha sorpresa, inclusive entre los organizadores de estos premios, aunque uno de los motivos de su asistencia fuera el contrarrestar mediáticamente al acto de sus socios de gobierno. A mí, personalmente, no me parece mal que el máximo responsable de la fiesta acuda a los diferentes actos organizados por entidades falleras, pero sinceramente se le echó de menos en la Gala de la Cultura y Gala de Cultura Infantil que se celebraron en el Palacio de Congresos y donde de nuevo se reconoció el trabajo del colectivo fallero en pro del Teatre Faller en Llengua Valenciana. Una entrega de premios de teatro, del certamen amateur más importante de nuestro país, y que sorprendentemente un año más no se celebró en un teatro, y por descontado en el Teatro Principal de nuestra ciudad, porque ahora dicen que no se pueden entregar premios en una ubicación teatral, aunque estos premios sean de teatro. Vamos, de risa. Esto sólo nos pasa a nosotros.
Pero la vida sigue, y nosotros seguimos aquí para contarlo. Quedan escasos días para que de nuevo la ciudad vibre y encandile con nuestra fiesta a medio mundo. Quedan días para que de nuevo las obras de nuestros artistas falleros inunden nuestras calles y comuniquen lo que verdaderamente es nuestra fiesta (ya que los carteles de estas Fallas 2019 comunican bien poco). Quedan días para que nuestra ciudad se vista de gala y entusiasme a propios y extraños con nuestra forma de ser y nuestra forma de vida. Quedan días para que la alegría, la energía y el positivismo latente en nuestro carácter mediterráneo lo mostremos de lo mejor forma que sabemos hacer, que es plantando falla y defendiendo nuestra cultura y nuestras tradiciones. Quedan días para disfrutar de la que es, sin duda, una de las mejores fiestas del mundo, o por lo menos, para nosotros lo es.
Ganas de ver salir las primeras góndolas a nuestras calles (salvando los carriles bici), ganas de empezar a ver nuestras iluminaciones, ganas de enriquecer nuestras calles con nuestra indumentaria, música y pólvora, mucha pólvora. En definitiva, ganas de Fallas con todas sus letras. Y aquí estaremos para contarlo, para transmitir el gran trabajo que durante los 365 días del año hace el colectivo fallero, que lo hace con entrega y pasión, mucha pasión.
Poco a poco llega el fin del ejercicio fallero. Un ejercicio fallero complicado pero dónde de nuevo se ha mostrado nuestra pasión por trabajar por la fiesta, obviando intereses y polémicas que poco tienen que ver con el trabajo diario de un colectivo que lo único que quiere es tranquilidad y que le dejen trabajar en paz.