Poco a poco, sin darnos cuenta, 2018 lo dejamos atrás. No ha sido un año muy especial para nuestra fiesta, donde se ha avanzado poco y quizá la desidia del colectivo fallero ha sido la protagonista, a la espera de lo que pueda pasar el próximo año. Un año electoral, donde el colectivo fallero está pendiente de lo que las urnas puedan deparar y lo que a la fiesta pueda afectar. Eso se nota, y mucho, en la actividad de los diferentes partidos políticos que optan o quieren optar a regir la fiesta. Reuniones, debates, jornadas… Un sinfín de actuaciones para tantear al colectivo y, por qué no decirlo, intentar captar votos. Y es que no hay que olvidar que nuestro colectivo asociativo y social es el más importante de la ciudad, tanto por el número de integrantes como por la repercusión del mismo en la ciudad.
Todos los agentes de la ciudad mueven ficha y aprovechan las circunstancias para conseguir o intentar conseguir sus objetivos. Durante este mes se ha hablado mucho del bando fallero. Por una parte se ha querido vender un gran acuerdo, un pacto en el que todas las partes están a favor en la gestión de sus intereses en la semana fallera. Un acuerdo que, a nivel general, todo el mundo ve factible, pero cuando preguntas a título particular nadie está contento. A priori, no se puede entender que se firme un acuerdo si no lo compartes, pero lo que es evidente es que para llegar a un consenso todas las partes deben ceder. Finalmente la parte fallera es la que más ha cedido, quizá, como comentaba, por desidia, por no sentirse arropada, o porque el mal pudiera ser mayor, pero la realidad es que los agentes falleros muy satisfechos no salieron de la “mesa de diàleg”.
Mientras tanto la vida sigue. La actividad, intensa en estos días, sigue. A destacar, como siempre en estas fechas, la presentación de los diferentes proyectos de falla que veremos plantadas en nuestras plazas el próximo mes de marzo. Unos proyectos, unas fallas, que prometen y mucho, donde se ve reflejado el esfuerzo tanto de artistas como de las comisiones falleras. Y aquí, me van a permitir la pequeña licencia, salir del Cap i Casal, y pararme en la población de Manises, en concreto en la falla Manises y la presentación de proyectos que realizó, donde congregó a más de 500 personas llenando el Auditorio Germaníes de la población. Han conseguido en dos años involucrar no sólo a la comisión, sino también a las fallas colindantes, vecinas y vecinos, a saber de la importancia y de lo que verdaderamente es lo importante en nuestra fiesta. No han dudado en ningún momento en centrar sus esfuerzos en un acto y realizar una presentación como verdaderamente se merecen nuestros artistas, realizando una campaña de notoriedad espectacular durante semanas y presentando a los mismos como lo que son verdaderamente en una gala como si de los Goya, Grammy o Emmy se tratara. ¡Mi más sincera enhorabuena!