D’on no hi ha… Por una vez, y sin que sirva de precedente, he de hacer pública mi total y absoluta equivocación. Hace tiempo expresé que la única solución para el cambió y progreso en el funcionamiento de las fallas pasaba por tapiar las ventanas y puertas de Junta Central Fallera, con sus miembros dentro. Lo siento, me equivoqué y no volverá a suceder más. Solo se podría tapiar, el día en que la mayoría de los representantes de fallas, presidentes y delegados, estuvieran también dentro. Entonces sí. …no es pot treure.
Izquierda, izquierda, derecha, derecha, adelante, detrás, un, dos, tres… Parecía que aquello de mostrar las intenciones para llevar a cabo las “opiniones”, era exclusivo de los gobiernos conservadores. En el “gobierno” de las fallas, parece que sucede exactamente lo mismo. Es la política del “vamos a…”, “queremos que…”, “pretendemos…”, etc. y según se vea que se mueve la “colita” llegamos al “hacemos”. Eso sí, en las cuestiones formales, a saco, sin problema. Una cosa és fer, i altra posar-se monyos.
Si em punxen no ix ni gota. Hay que ver como algunos han perdido como por ensalmo, su capacidad crítica en un santiamén. Babean ante cualquier iniciativa, realización e incluso intención, del nuevo equipo municipal. Está bien que, después de tantos años de parálisis, cualquier cambio sea bien recibido, pero lo que no se puede es perder el espíritu crítico. ¡Vamos hombre! Ni todo era “casposo” (mucho sí) por venir de donde venía, ni todo tiene que ser “moderno y cool” por venir de donde viene. Hi ha cagades de tots els estils.
Una cosa és predicar i l’altra donar blat. Pasan los días y aquel convencimiento inicial de quien esto opina, se viene confirmando punto por punto. Los proyectos en el aire resultan siempre muy ilusionantes, la realidad se encarga de desmontarlos piedra por piedra, sobre todo cuando el colectivo sobre el que reside y sustenta el proyecto es un colectivo como el fallero. Nyas! de nassos contra la realitat!
Una de por. Circula, corre, se vive, se nota, se siente, entre la grey fallera, la impresión de que las decisiones finales de esta “cúpula” no las toman sus componentes. Existe más bien, la certeza “Aznariana” de que “los autores intelectuales del cambio en las fallas no andan en desiertos remotos ni montañas lejanas”, pero sí que están a la sombra, aunque algunas “imprudentes” imágenes nos los muestren con absoluta carnalidad. A què tanta por?
Fa temps… temps fa… Estos días son época de presentaciones de proyectos, tanto de fallas grandes como de infantiles. Lo malo es que no se distinguen cuáles son para adultos y cuáles para niños. A los diseñadores, a los que tanto deben las fallas, habría que explicarles que las fallas grandes son para adultos y las infantiles para niños. Menos monerías y menos diseño, y más fallas para adultos, ¿o es que se creen que el espectador es tonto? I el que no vullga creure esta rondalla vera, que el seu cap se li torne de cera.