No sé dónde vamos a llegar. ¿Alguien puede imaginar que se pueda comentar un acto fallero en la lengua del imperio anglosajón? ¿Alguien puede creerse que esto se haga en honor del presidente del país más grande del mundo en el día de su toma de posesión? Pues sí. Es posible. Y ha pasado. Lo que no pase en este mundo de las Fallas no pasa en ningún lado. Qui canta en la taula i menja en el llit, no té l’enteniment complit.
Amunt i avall sense parar. Alucinante. Sencillamente alucinante lo que está sucediendo con los actos falleros oficiales. En lugar de avanzar, progresar, cambiar, parecen estancarse, incluso parecen estar retrocediendo, envejeciendo y repitiéndose. Poco más o menos es lo que sucedió con la Gala de la Cultura. El olor a naftalina, a viejo, a usado, no se ha podido eliminar del Teatro Principal hasta el día de hoy. Y encima volvemos a los registros de tiempos de antaño. Insufrible.
I si en vols més, para el cabàs! Y para colofón, la torpeza parece haberse instalado entre los responsables de llevar adelante las ideas. Para muestra un botón. En ambas galas de la cultura hubo un detalle que parece haber pasado desapercibido para la gran mayoría, y que para este punyeter no lo hizo. El desfile final de las Cortes y las Falleras Mayores, POR FIN, se hizo de cara al público saliendo éstas desde el escenario. ¡BRAVO! ¡BRAVO! ¡BRAVO! Está claro que gustó, por ello nadie se ha hecho eco de tal cambio. Pero claro, alguien tuvo que “apagar” tan buena idea dejando a oscuras en su desfile a las Falleras Mayores iluminadas a contraluz. Una vez hecho el efecto del contraluz inicial hay que iluminar el desfile. Mantener el “misterio” es ridículo. ¿Quién esperan que fuera la silueta? ¿La Reina de Corazones? ¡Que les corten la cabeza!
Al sa i al pla. Solo dándole un vistazo a las clasificaciones de las distintas categorías del teatro de mayores se aprecia a la legua el daño que le están haciendo unas normas “impuestas” por los teatreros. Deberían hacérselo mirar antes de seguir dañando un concurso del cual hacen gala pública mientras lo “manipulan” internamente a su antojo en favor de sus intereses “particulares”.
Vergonya, cavallers, vergonya! Parece mentira. Algunos, con tal de menoscabar la imagen de los actuales rectores de la fiesta continúan rebozándose en la basura a la busca de cualquier “mierdecilla” que tirarse a la boca y poderla escupir públicamente. Les da igual ocho que ochenta y aunque con ello perjudiquen a terceros o a las propias fallas, les da igual. Su visceral “antagonismo” puede mas. Lástima.