No hace tanto escribía en estas mismas páginas… Valencianes i valencians…! En pocos días volverán a las calles las fallas, ¡benditas fallas! y todos olvidaremos por un tiempo el mal sabor de boca que nos deja el transito por un ejercicio sin fuste ni muste, sin cambios reales, sólo buenas intenciones iniciales abandonadas de inmediato ante la imposibilidad de dar un solo paso. Visquen les falles! … y el cielo cayó sobre nuestras cabezas!
A algunos que pusieron en marcha la ilusionante maquinaria de las fallas el tren de la “realidad” los arrolló en pleno trayecto llevándose por delante aquello que forma parte del material de los sueños… sus fallas… las nuestras, las de todos… bajo el ignominioso lanzallamas de Montag empeñado en encontrar el grado Fahrenheit que acaba con las fallas. Alguna fue directamente ‘robada’ del corazón de sus falleros… Malditos y condenadas almas ruines.
Otros hubieron de realizar una inesperada retirada a improvisados cuarteles de invierno, en silencio, para esperar allá que las nieves, los fríos y las desérticas calles fueran ‘barrridas’ por el tiempo… ¿Cuánto? ¿Cuándo?...
Por algunas horas, seguimos sin admitir la realidad. Muchos pusieron demostrado egoísmo festivo por delante de la vida, e incluso, algunos, llegaron a cuestionar el aplazamiento de las fiestas, cuando la parca ya paseaba a sus anchas por los barrios de nuestra ciudad… los mismos que ahora de forma desvergonzada cuestionan la realización de actos multitudinarios días antes…
Y pasaron los días, 15, 16, 17, 18, 19… nada, nada y más nada… Mejor dicho, solo una cosa… Se publicaron los “vencedores” del Indulto del fuego… Los grupos que pasarán a la historia como Ninots Indultats de 2020. Sí, una de las paradojas más terribles que las fallas dejarán para la historia: Dos representaciones anacrónicas, esteticistas y completamente vacías de sentido, contenido, crítica y sátira pasaran al museo el año en que las fallas no pudieron ser dentro de su ciclo habitual. Para hacérselo mirar.
Como para hacérselo mirar a nivel global de todo aquello que, esperemos más pronto que tarde, vayamos a quemar… ¿Para cuando volveremos a poner en primer término la esencia de las fallas, “el SUC”, limpiándolas de esa gruesa y bellísima CORFA en las cual nos hemos instalado? Cuando salgan por fin las fallas de 2020 a las calles, ¿podremos sentirnos orgullosos de nuestro tributo al fuego? ¿Podremos, los falleros, sentir que quemamos aquello que debíamos quemar? ¿O será otra oportunidad perdida?
Mientras este Punyeter Indomable, agazapado tras la pandereta de los horóscopos de Manolo Martin, envuelto en mini estandartes de ingenio y gracia de 2011, resguardado por un pelotón de metálicos saragüells y escudado en millones de páginas e imágenes de la historia sigue esperando confinado que las ideas, la imaginación y la sátira vuelvan a vencer sobre este solar que un maldito bicho nos has dejado. Y “Açò també passarà!”