Es el momento de aplicar en su justo valor las premisas de cuanto nos va a llevar el último tramo del ciclo fallero, calculando, contratando y rematando todo lo que nos van a impeler los gastos de lo que llamamos recta final.
Lo de evaluar ya nos lo traerán las cenizas después de quemar lo recaudado y quien haya sabido controlar, haya recortado y administrado sus caudales con cordura, tendrá los resultados que marcarán las constantes del próximo ejercicio. Aquí no caben reglamentos, ya que como es sabido nadie intercede y cada comisión funciona y se gobierna con total independencia.
La misma que hizo fracasar aquel impulso del ente fantasma Interagrupación, a sabiendas de que nadie iba a desvelar el enigma de sus anotaciones contables y por tanto la abstinencia en el relleno de aquellas estadísticas.
No son momentos de pensar cuánto la fiesta aporta a la sociedad valenciana, el impacto económico, incluso la tan cacareada crisis que nos viene agobiando en lo personal y sus consecuencias en el global.
Se han estado presentando proyectos, cifras, presupuestos, inauguraciones de nuevos casales y nada parece haber hecho mella en atención a las pomposas exhibiciones.
Se desvanecieron los recortes sobre lo acordado por las fallas de Especial, han aumentado y mejorado sensiblemente las que siguen y apagado las alarmas de los agremiados.
Cuando se toque a fajina volverán a llenarse las carpas y cada cual celebrará sus efemérides, premios o lo que sea, se olvidarán a los ausentes que no pegan chapa en todo el año y mesa redonda para todos.
Tal vez algunos se hayan abstenido de renovar el terno y pasen con lo puesto, pero en la barra que no falte de nada.
Bicicletas y “trons de bac”
Apuntes sobre la marcha nos hacen detenernos en el primer charco del sendero. Resulta que algunos aparcamientos ocupados por las bicicletas de alquiler, impiden el emplazamiento de fallas que siempre se plantaron en el enclave.
Y lo peor es que los contadores y soportes están anclados en el asfalto. Se sabe que en algunos casos se advirtió a los responsables del Ayuntamiento. No obstante, se autorizaron los espacios.
Y otro tema. Llevamos desde 1992 a cuestas con prorrogas y ésta es la hora que pese a su demostrada inmunidad no se extiende un documento definitivo para el uso y disfrute del “tro de bac”.
Se ha vuelto a emitir un permiso para todo el año 2011, el próximo se cumplirán 20 años desde que se inició el apremio. Tarea para el ente fantasma, a ver si acaban por demostrar su capacidad de gestión.
Blog Fallero de las Fallas de Valencia
Luz verde a la fiesta
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