Como para pararse a contar la cantidad de fiestas que a lo largo de la costa de nuestra Comunidad, desde Vinaroz hasta El Pilar de la Horadada, se celebran en verano, cuyo elemento fundamental es el fuego.
Las vacaciones dan tiempo para leer, reflexionar, ver la televisión y andar a salto de mata por pueblos en fiestas, de donde sale uno de cohetes, truenos, alardos y palmeras, con los tímpanos a prueba de tamborradas, que también la hay.
Eso sin complicarse la vida repasando el interior, no sea cosa que cualquier docto se agarre al palo y nos salga con que la pirotecnia es patrimonio de la meseta, los Monegros o las estribaciones de Despeñaperros.
Otra de las lindezas que nos han regalado los de la pequeña pantalla estalló el pasado día 7 de septiembre, por más reciente, cuando en un programa nocturno de laSexta apareció un tal Dani Mateo y se arrancó con la siguiente frase, “un listo inventó el fuego y a los pocos segundos un idiota inventó las fallas”. Manera de ofender gratuitamente a todo un colectivo por hacerse el gracioso frente las cámaras, con la aquiescencia del de los tirantes, gracioso él también para su parroquia.
Todavía en horas de escribir estas líneas me faltan por recorrer algunos municipios, donde la costumbre te arrastra cada año a comparecer en sus fiestas mayores, por referencias familiares, de amigos o de índole profesional.
Nos proponemos buscar la tranquilidad y el viento de la montaña, el susurro de las olas o los disparos de cualquier localidad del entorno veraniego, te descolocan de la paz y el sosiego tan deseado, incluso el vocabulario de algún programa televisivo.
De todas las batallas con las que nos obsequian los informativos televisivos, no hace falta enredarse en comparaciones para señalar nuestra Batalla de Flores como lo más espectacular, único y ejemplar.
Uno se revela contra las de huevos, merengues, vinos, uvas, harinas o tomates y se queda con el refrán de que “con las cosas de comer no se juega”, y con los buenos disparos, armónicos y bien coordinados, sinfónicos como diría el maestro Enrique García Asensio.
Los industriales valencianos de la pirotecnia tampoco tienen hoy por hoy quien les sople en el cogote, quien quiera un espectáculo original, inédito y creativo ya sabe, producción propia, para ello tienen sus laboratorios y campos de pruebas, donde a diario experimentan sus componentes, técnicas y tablas de diseño.
Mientras tanto seguiremos sorteando obstáculos y protocolos, normas, distancias, permisos, guías de transporte y prórrogas, de los que por cierto los empresarios se sienten harto abrumados.
La cultura de la pólvora forma parte de nuestras señas de identidad y con ella hacemos fiesta, jolgorio y tradición. El próximo día 8 de octubre estaremos con ellos en el encuentro que organiza la firma Plásticos Gamón y nos podremos informar personalmente del momento por el que pasan tan arriesgadas empresas.
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“El correfocs del Mediterrani”
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