Las Fallas son un mundo singular y variopinto. El colectivo fallero, como tal, se asemeja cada vez más, metafóricamente hablando, a un objeto abstracto, que no posee materia, pero sobre el que se pueden definir acciones.
Sus acciones particulares repercuten en la colectividad, pero si ahondas un poco, la materia, la realidad primaria de la que están hechas las cosas, se diluye de forma paulatina eliminando a las propias personas, por mucho que en la mayoría de los caso su fin sea la elevación particular de su ego.
Al día siguiente de la famosa Asamblea de Presidentes del pasado mes de diciembre, en nuestra redacción, como en la mayoría de las conversaciones falleras, saldría a la palestra en manido tema de la Ofrenda. En este "casal" como en cualquier otro, para gustos colores, y desde la incomprensión al comportamiento de ciertos falleros, al "poco acertado" planteamiento oficialista, los comentarios se sucedieron sin llegar lógicamente a un racional consenso.
Por ese motivo quisimos aunar esfuerzos en pro del colectivo, destinando un notable espacio en nuestra atalaya para poder sumar opiniones que pudieran, modestamente, servir de aliciente para seguir trabajando. Craso error.
Con el paso de los días la disposición de espacio prevista fue menguando. Las declaraciones de los presidentes de las diferentes agrupaciones invitados a exponer sus pareceres, no llegaban, quizás por entender que su colectivo se amoldará a lo que tengan a bien proponerles, o que hay mejores foros para ello, por ejemplo una Asamblea anual donde salir henchidos de ego al poner contra las cuerdas al concejal de turno, rasgándose las vestiduras de su fallerío por los pasillos. O quizás será porque los toros se ven mejor desde la barrera, y la vergüenza taurina se deba guardar para posteriormente alcanzar la gloria con aquel famoso "ya te lo dije" y cerrar el círculo con el sustituto perfecto al punto y aparte como es el "tú no tienes ni meretriz idea", que con perdón queda más fino...
Allá ellos con su conciencia, con su imagen delante de sus representados. Desde el primero hasta el último de los elegidos fueron votados para un cometido más allá de su humano ego. Sus conversaciones seguirán en lo privado. Como las críticas cotidianas entre pasillos a quienes no plantan en el cap i casal; a la indefensión ante los designios particulares del consistorio; a la necesidad o no de que la Fallera Mayor acuda a la "Nit del Foc" eliminada con anterioridad del sagrado 19 de marzo; al presidente de la Interagrupación, por votarlo para que no saliera otro, pero sin más opciones que la desdeña constante. Estos comentarios y otros más seguirán en el anonimato, y ante tanta adrenalina no habrá suficiente testiculina para ponerle el cascabel al gato.
Urge abandonar el protagonismo, reestructurarnos también nosotros mismos, a nuestra propia y particular administración, y encarar el futuro desde un presente sólido que abandone viejos estereotipos.
Habría que recordar que la palabra Ofrenda es sinónimo de sacrificio, y ésta a su vez de generosidad, por parte de todos, y sin ella poco podremos hacer en beneficio del colectivo.