Gracias por vuestra sensibilidad
Desde esta publicación no nos queda más remedio que volver a hacer patente la sensibilidad del colectivo ante cualquier situación anómala. En esta ocasión el turno le llegó a una familia, la mía, que en su día apostó por estar cerca del colectivo fallero a través de esta revista y, como era de esperar, hemos recibido con creces lo que suponíamos. No habría espacio suficiente en esta publicación para agradecer a todos los falleros y falleras la adhesión en estos momentos de dolor por los que estamos atravesando tras el fallecimiento de mi esposa, María Isabel. Mensajes, e-mails, cartas, flores, llamadas, visitas en los lugares donde se oficiaron los funerales, apoyos incondicionales, etcétera. Algo que no será fácil olvidar, lo garantizo.
Perder a un familiar siempre es duro, pero cuando se trata de una compañera con la que has compartido casi cuarenta años, con la que has compartido un profundo amor o la que te dio tres maravillosos hijos, es realmente difícil superarlo. Pero, sin lugar a dudas, es mucho más llevadero teniendo el apoyo que se tiene de tanta gente que nos lo ha hecho saber.
Gracias, muchas gracias por ello a todos en general, desde los más amigos y compañeros de profesión, que de alguna forma es algo natural, hasta aquellos con los que tan sólo compartes actos falleros o simplemente afecto por la fiesta. No ha faltado casi nadie, incluso los que han "sufrido" las críticas más duras, lo que nos viene a demostrar que la gente tiene buenos sentimientos y sabe separar la profesión de lo personal. Gracias, mil gracias. Pero, con el permiso de todos, quisiera destacar el cariño de dos personitas cuya actitud nos ha llegado a lo más profundo, se trata de Inmaculada Escudero, Fallera Mayor Infantil de Valencia 2007 y Cristina Sánchez, Fallera Mayor Infantil de Valencia 2005. Gracias por esas flores, por vuestro apoyo y el de vuestras familias.
Me reitero en lo dicho. Gracias, mil gracias a todos.
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