Si cabe como conclusiones a las charlas recientes en el Circulo de Opinión Bunyols d'Or i Brillants ab Fulles de Llorer, sobre los movimientos vecinales, después de las incidencias habidas en varias demarcaciones y consecuentes adhesiones de otros sectores de la ciudad a los "cuatro gatos" movilizados, las ridículas caceroladas y lo que es peor, las intromisiones de los políticos perfectamente identificados y los ecos recogidos por publicaciones diarias de la misma cuerda, ampliando las sonometrías de sus actuaciones... cuidado.
Fueron capaces de montarla para evitar que unos cuantos coches aparcaran -menos de veinte y con autorización- en un garaje privado vacío los días de Fallas, cargados con niños, algunos bebés y sus cochecitos, sin ningún remordimiento ni justificación.
Cada vez estrechan más el cerco de sus exigencias y no estaría de más hacer un examen de conciencia para corregir cuanto de nuestra parte pudiera ser objeto de patrañas. Funcionar dentro de las normas, incluso al límite de lo establecido, sería lo aconsejable.
Las irregularidades puestas de manifiesto por el presidente Félix Crespo, muy controladas, contadas, pero que pudieran salpicar a los que cumplen con decoro sus obligaciones que son la inmensa mayoría, deberíamos evitarlas, de ahí lo sencillo de la tarea, sin olvidar que los falleros también somos todos vecinos, algo que no tienen asumido las asociaciones amparadas por algunos políticos en la oposición.
Después de haber cumplido con todo cuanto se nos obliga, por encima de todo la fiesta, nuestras tradiciones son así y así las heredamos las actuales generaciones, así se las encontraron los que llegaron después de donde vinieran y así las tenemos que aceptar todos los que convivimos con ellas, lo contrario puede llamarse intolerancia.
Ponerse las pilas, tomado como acepción el estar atentos a los envites que se nos puedan plantear, no estará de más, habida cuenta de saber con quienes nos la jugamos, tener vigentes los permisos y los seguros sin que eso signifique tenerlos que exhibir ante el primero que los solicite, para eso están las autoridades.
Sepan que ya ha ocurrido el salir un vecino pidiendo comprobar los permisos para cualquier acto en la calle, sea para niños o disparar una sencilla mascletà de barrio.
Faltaba lo del accidente sin víctimas de Azcárraga, donde hasta gentes que no viven en la demarcación han aparecido entre los que protestan, pretendiendo incluso implicar al concejal de turno.
Las próximas fiestas de marzo coincidirán con la Semana Santa, las ofrendas en lunes y martes, con todo lo que conllevan ciertas molestias para el resto de ciudadanos que no se identifican con la fiesta.
No se trata de fomentar enfrentamientos, eso sí tener todo lo exigible en regla y estar preparados para el más mínimo incidente, ese que ellos esperan para reventar la convivencia.
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