Manda huevos la cosa tenerse que callar verdades contrastadas y perfectamente demostrables, aquellas otras que el soplón malintencionado te viene a contar buscando el perjuicio de terceros, por más que sea cierto lo largado, pero ésta es la ética del curtido en mil batallas.
En ocasiones me propongo contarlo todo, que voy a sacar en los papeles a todo aquel o aquella del que sepa de sus devaneos, apócrifos y morosidades, pero me rajo. Cuantos sabemos de la terrible soledad en la que nos encontramos ante la opinión generalizada, sin ningún respaldo corporativo, sin conciencia mediática, nos lo tenemos que pensar. Porque ocurre que estamos inmersos en una sociedad réproba, capaz de censurar mas allá de los regímenes totalitarios, que me río yo de lo de la libertad de prensa, vamos que si te descuidas y no es mi caso, te meten una querella que te dejan más seco que una caja de perdigones.
Es cierto también que con argumentos se puede ir contra el poder y que la honestidad lo aconseja, nos consta lo que vende, pero en medio está la balanza, la que nos impone el recelo de las pérdidas y las ganancias en cada proceso.
Así que con los años que me quedan continuaré sacando la lupa cada vez que me siente delante del teclado y me cuidaré de olvidarme de ciertas libertades que no son más que un engaño del que viven cientos de litigantes.
Trataré de fajarme con los políticos, especialmente con aquellos que no se enteran que están de paso.
De los aduladores y sobre todo de los detractores, a los que tengo hasta numerados y por supuesto etiquetados.
Todo lo más, un recadito a los del "mes faller que ningú", que no hombre, que esto es una fiesta a la que se viene a servir, no a servirse de ella.
Observaré de cerca a los del mangoneo, porque ahora ya todos somos candidatos a que nos rotulen una calle.
Otro a los que especulan con tu vaca... "Que me la crío yo, así que coge el pozal y lárgate que la leche es mía". Estos son los de la redistribución de los recursos entre todas las comisiones falleras. Justo a los que proponían esto les han dejado mudos al menos por cuatro años consecutivos y con una acentuada cláusula de prórroga.
Con los años que me quedan ya no voy a perder más tiempo con lo de la semana fallera natural, pero no se olviden de que los movimientos vecinales lo van a poner cada vez mas duro.
Así que he decidido seguir haciendo lo que más me gusta, nada menos que periodismo, radiofónico o escrito, y seguir apreciando el valor de la amistad aunque con el tiempo "te canten las ranas sin que puedas encontrar el charco por ninguna parte".
Luego te dicen como en La del Manojo de Rosas, "en todas partes te veo", con lo que se aprende de la calle... y eso que sólo puedo entrar donde me dejan.
Que sí, que los años pasan, que cambian los registros, que hay que adaptarse, pero la sensiblería humana sigue su curso por naturaleza y que leer el pensamiento sigue siendo el enigma por descubrir. ¿Se imaginan?
La ventaja de los que escribimos es que podemos dejar impreso lo que pensamos y la cruz, pensando antes lo que escribimos.

Imagen activa

 

{moscomment}