Que el concejal nos recuerde aquello de que opiniones como cabezas, cada uno tiene la suya, es una obviedad que mejor no rebatirla. El problema viene cuando algunas cabezas quieren meter en otras, y quien está a la cabeza, calla y otorga.
Aprovechando nuevamente el periodo vacacional, un pre-informe, curioso ‘tecnicismo’ que desató la carcajada de los profesionales del sector, tilda de machista la fiesta fallera. Lo afirmo porque en sus conclusiones, allí donde los expertos concluyen según los datos obtenidos, se indica sin tapujos que las mujeres no tienen el mismo acceso que los hombres en las estructuras organizativas de la fiesta fallera. Un dato o conclusión final, que es al parecer lo que verdaderamente le importa al concejal. “Lo que me importan son los datos, más que las opiniones vertidas”, así lo decía en la pasada asamblea.
Pues bien, en los datos que aporta este encargo y a cargo municipal, o así se anunciaba a la conclusión del Consell de les Dones per la Igualtat el pasado mes de enero por boca de la concejala de Igualdad junto al propio concejal de Cultura Festiva, aunque ahora según el concejal lo pidieron o solicitaron “las organizaciones feministas”, donde paradójicamente no había ninguna mujer representante de entidad fallera alguna, se nos indica, o esa es mi opinión después de leerlo y releerlo, que los falleros como colectivo, integrados mayoritariamente en asociaciones legalmente establecidas, comenten un delito de discriminación por género, y favorecen la violencia sexista.
Una fiesta machista, donde nuestras fallas son ejemplo evidente según los datos obtenidos, a pesar de que los propios artistas les recriminen no haberse leído ni los carteles antes de opinar. Datos, lo que verdaderamente le importa al concejal.
Con todo ello en negro sobre blanco, y encargado por el ayuntamiento que lidera la formación política de Pere Fuset, el concejal, responsable de aquellas normas de control de escotes que le costaron ser reprobado precisamente por el ‘machista’ colectivo fallero, afirma: “Es intolerable que nadie pueda utilizar esos datos para decir que las fallas son machistas. Es intolerable que nadie pueda utilizar esa realidad para acusar a las fallas de machistas. No lo voy a tolerar”. Que nadie frivolice con el tema: ¡No lo va a tolerar!
Tengo que reconocer que, a pesar de sus antecedentes, en ese momento estuve a punto de creerle. Llegué a pensar por un instante que nos iba a ofrecer una crítica o demanda contra quienes, sin más pruebas que su egocentrismo ideológico, habían ultrajado la fiesta dando a entender que los falleros habían construido un enorme techo de cristal cual cúpula del trueno en Mad Max.
Pero no. Los datos nos dicen que una vez más el concejal ignoró su responsabilidad como presidente de la Junta Central Fallera, mostrando lo que es en realidad, un político en plena campaña al que le da igual reinventar la historia de ‘Nelet i Quiqueta’, reconvirtiéndolos en marionetas, montar un segundo concurso de play-backs bajo el nombre de Cabalgata del Ninot mientras despilfarra miles de euros en máscaras, o frivoliza con un problema muy serio pagando de nuevo los caprichos o hipótesis de uno de los grandes beneficiados en las últimas décadas de ese ‘clientelismo municipal’ que ha criticado hasta la saciedad, y en tal de que le aseguren la ovación de sus correligionarios.