Tres generaciones de artesanos de la familia Peris Roca han dedicado su vida a la elaboración de piezas vinculadas a las tradiciones de la Comunidad Valenciana y sus fiestas. Es desde finales de los años 70 cuando el taller familiar se instala en el barrio del Carmen y comienza la estrecha relación con el mundo fallero, dedicándose casi en exclusiva al diseño y fabricación de aderezos, peinetas y complementos que se lucen en la indumentaria valenciana. “Desde entonces continuamos con un trabajo de investigación, búsqueda y recuperación de diseños vinculados con la tradición”, afirma Elisa Peris.
Entre los clientes que han lucido las obras de la firma encontramos a los miembros de la Casa Real y multitud de Falleras Mayores de Valencia. Asimismo, destaca la presencia de Peris Roca en el desfile de moda de primer orden y galardones, como el Premio Manos Artesanas 2010 y el Premio Artesanía de la Comunidad Valencia 2017en la categoría de Tradición Artesana.
“En 2018 vamos a celebrar nuestro centenario realizando numerosas actividades para poner en valor el trabajo que realizamos a diario en nuestro taller, y como no podía ser de otra manera nos sentimos muy orgullosos de ser, en este año tan especial, los orfebres oficiales de de Daniela y la Corte de Honor Infantil”, destaca.
“Hay que decir que hemos rediseñado la línea de las peinetas tanto para el XVIII como para el XIX, recuperando las formas rectas de las púas tal y como eran antiguamente, a pesar de lo cual hemos mantenido la altura de los 9 cm por lo que la peineta no crece en altura y así se consigue una línea armoniosa bajo los cánones y patrones más actuales” declara Elisa.
“También hemos de subrayar la creación de una serie limitada de peinetas enumeradas con dígitos romanos, generando un producto personalizado y más exclusivo que se asigna a cada una de las niñas que luzcan nuestras peinetas. Se entregan con un documento que acredita la calidad de la peineta, con el número de serie de cada peineta artesana”, subraya.
Las peinetas de la Corte para el segundo traje, del S. XVIII, presentan líneas rectas y 9 cm de altura. Están inspiradas en motivos y ornamentos vegetales tan característicos de los bordados, tejidos y sedas barrocas. El canto se ha diseñado en rocalla. El motivo central es un ramillete de pequeñas flores y con un eje de simetría central. Están trabajadas mediante la técnica decorativa de cincelado y repujado sobre superficie elástica que permite conseguir los volúmenes y el modelado deseados. Se han realizado en latón con acabado en oro ocreado. Las laterales siguen la línea tradicional de las tres curvas en rocalla.
Las peinetas de Daniela para su segundo traje son de diseño exclusivo, siguiendo también el patrón clásico de púas o peine recto. El canto es en rocalla, muy repujado, a semejanza de un encaje de Bruselas. En el centro se ha querido reflejar un conjunto que remite a un frondoso jardín de ensueño con abundancia de ornamentación floral, y pajaritos que portan una lazada. La intención es la de transmitir la alegría infantil en las tardes de juego. Respecto a la técnica de trabajo es cincelado y repujado sobre superficies elásticas. Al igual que en el caso de la Corte, el acabado es en oro ocreado. “Para Daniela hemos personalizado la peineta con su nombre completo, año y cargo de representación, en este caso en las púas del peine”, matiza.
En las peinetas de la Corte para el traje del S. XIX también se ha rediseñado la línea, llevando el concepto a un modelo de moda y estilo artístico más tardío que la anterior. Se incluyen ornamentos neoclásicos como son los arquitectónicos, los emblemas y las pilastras. Se mantiene la altura de los 9 cm, pero con unas proporciones más próximas al S. XIX. Esta serie de peinetas está trabajada mediante la técnica del cincelado a ‘flor de agua’, y se acaban en oro, en este caso con superficie matizada. A la peineta trasera le acompañan el juego de las laterales que siguen los mismos rasgos de estilo.
Para el primer traje de Daniela se sigue con el nuevo diseño de peineta. En este caso particular se cumplió con la premisa de incluir el emblema de la ciudad de Valencia. Como motivo arquitectónico remite al estilo neoclásico a semejanza de las peinetas de la Corte. Respecto a la temática de la parte inferior, Elisa afirma que se han querido incluir “las imágenes del Ángel Custodio defendiéndonos contra los males y los demonios”. Esta figura ha sido venerada en la ciudad desde la edad media y se podía ver en ‘les portes grans’ (Torres de Quart, Serranos, Mar y Sant Vicent), para protección de todo el pueblo. “Nos parecía una buena simbiosis para asociarla al emblema y que a la vez resultase más poético”. La peineta es exclusiva y está cincelada a ‘flor de agua’, acabada en oro con superficies matizada, así como personalizada con el nombre de Daniela y su cargo de representación.
«Angel custodi de Déu infinit, guardau la ciutat de dia i de nit, per a que no entre lo mal esperit»