Ángeles Algarra pasó a la historia de las Fallas como la primera mujer que reinó la fiesta fallera, y para la posteridad quedó tanto el hecho histórico como la composición realizada por el maestro Enrique Ortí; un pasodoble que se bautizó con el nombre de Angelita Algarra.
En agosto de 1930 se organizó una velada en el umbracle que había en los Jardines del Real por parte del Comité Fallero. En dicho evento, un concurso realizado entre todas las falleras mayores de las comisiones de Valencia, se presentaron 82 señoritas. De entre ellas salió elegida Ángeles Algarra, perteneciente a la falla de la Plaza del Negrito.
Angelita Algarra Azuara sería nombrada con el título de Reina de las Bellezas Falleras Valencianas de 1931, título que cambiaria dos años mas tarde en 1933 al que conocemos en la actualidad con el nombre de Fallera Mayor de Valencia.
Enrique Ortí Riba, compuso en 1931 un pasodoble dedicado a la Reina de las Bellezas Falleras Valencianas de 1931, con el título de Angelita Algarra.
Enrique Ortí nació en Sant Mateu (Castellón) en 1901. Siendo niño ingreso en el seminario de Tortosa y más tarde se trasladaría a Valencia, donde comenzó a trabajar en la Sociedad Musical ‘El Micalet’. Allí desarrolla cargos de docente, director de orquesta, coro y compositor. En esa etapa es alumno de los maestros Pedro Sosa y Manuel Palau.
En esta época desarrolla su función como director de la banda de música ‘La Lira’ de Cheste. Ocupó dicho cargo hasta su marcha al Puerto de la Cruz en Tenerife en 1954, terminando sus días en la isla en 1961.
Nos encontramos en un nuevo episodio musical fallero con motivo de la composición de una pieza dedicada a la figura de la máxima representante de la fiesta como es la Fallera Mayor.
Más tarde, en 1936, el maestro Jaime Piles compone otro pasodoble de la misma índole, esta vez dedicado a Filo Montoro, Fallera Mayor de Valencia de 1936. El destino es caprichoso y por diversos motivos no se vuelve a componer una pieza de estas características hasta 1992, cuando el compositor Bernardo Adam Ferrero recibe el encargo de escribir una suite sinfónica titulada Fallera Mayor.
Si hacemos una escucha de la pieza del maestro Ortí podemos observar diversos aspectos a destacar:
Pasodoble dividido en dos partes, la primera de estructura clásica y con tintes de pasodoble taurino, melodías elaboradas con mucha ornamentación y carente de elementos folclóricos valencianos.
Introducción repetida en piano para entrar en el tema A. Este tema es repetido a la manera tradicional con su segunda vuelta ampliando orquestación y manteniendo el contrapunto del tema las dos veces. Seguido a este tema y sin preparación alguna se presenta el tema B, también conocido como ‘el Fuerte’.
El tema B estructuralmente está concebido a manera de pregunta con un matiz sonoro y fuerte, y su respuesta de la misma duración con matiz suave o piano, repitiéndose dos veces igual que el tema anterior, pero en su segunda vez hay ligeras variaciones.
Avanzando en la estructura de la pieza y siguiendo los cánones clásicos del pasodoble se repite el tema A, pero como en la segunda vez que se presenta.
Hasta aquí tendríamos la primera parte de la pieza de estructura clásica y recordando la ambientación de pasodoble.
Se presenta la segunda parte, también llamada ‘Trío’. En esta ocasión tiene una original forma y estilo que hace que la pieza sea muy atractiva en estos aspectos. Su duración es más corta que lo habitual, siendo solo de dieciséis compases y su repetición alargada en forma de coda con ocho compases más.
De melodía dulce, sutil, cromática y encantadora, este pasodoble fue estrenado el 15 de marzo de 1931 por la Banda Municipal de Valencia.