El Gremio de Artistas Falleros de Valencia, junto a la Asociación de Investigación en Diseño y Fabricación, convocaron ayer jueves unas jornadas en las que el futuro más inmediato del artista fallero se puso sobre el tapete; un futuro dominado, en su gran parte, por las nuevas estructuras empresariales y enfoques técnicos diferentes, que auguran un cambio en la forma de la profesión, no en el fondo, a un corto plazo.
Quizá una de las reflexiones que resume el contenido de las jornadas que se celebraron ayer en la Universidad Politécnica de Valencia es la que pronunció el concejal de Fiestas y Cultura Popular, Félix Crespo, durante la apertura: "una técnica artesanal no puede estar reñida con la evolución paulatina que está teniendo lugar". Y es que esta premisa fue una de las constantes que se dejó patente en cada una de las ponencias. La frase de José Latorre, maestro mayor del Gremio, en la que manifestó que el trabajo artesano no desaparece con la incorporación de las nuevas tecnologías asimismo refrenda lo dicho. Asismimo, afirmó que el aproximadamente el 75% de los profesionales ya utiliza las nuevas tecnologías para la confección de fallas.
La Universidad volvió a abrir sus puertas al arte fallero, un hecho por el que todos volvieron a felicitarse. Y es que el rango que poco a poco se le confiere al arte efímero es un aspecto ilusionante dentro de una carrera que logrará una de sus primeras metas cuando la lograda titulación de Formación Profesional comience a impartirse. Mientras, el artesano y su mundo laboral es motivo de estudio y reflexión desde el ámbito universitario, económico e industrial, como se demostró ayer.
Las jornadas fueron inauguradas por el concejal Crespo, el maestro Latorre, la directora general de Comercio y Consumo, Silvia Ordiñaga y el vicerrector de la Universidad Politécnica, Juan Miguel Martínez.
Cinco ponencias y dos mesas redondas analizaron los aspectos sociales, artísticos y económicos del artesano fallero, además de profundizar a nivel técnico en los procesos productivos y en las nuevas formas de creación artística.
Los profesores Jesús Catalá y Pau Rausell fueron los elegidos para inaugurar las sesiones de la jornada. Catalá realizó un viaje por la evolución social y estética de la construcción de fallas, solicitando en su disertación la catalogación como Patrimonio de la Humanidad de la Ciudad del Artista Fallero "como símbolo de un proceso productivo único, con relevancia internacional, y por ello merece ser protegida".
Pau Rausell, responsable de la elaboración del Libro Blanco del Gremio, repasó los resultados de su estudio, del que destacó, por ejemplo, que "no está claro que la subvención municipal se haya trasladado al precio del monumento. Se ha prorrateado entre otras actividades". Rausell declaró que "si hacer fallas fuera inviable, no aguantaría durante tres generaciones".
La mañana concluyó con una mesa redonda, moderada por Marcos Soriano, en torno a la viabilidad empresarial de las Fallas, con la intervención de Rausell y los artistas falleros Manuel Algarra y Manuel Martín. Rausell sostuvo que el sector "está a la vanguardia" en cuanto a procesos tecnológicos, aunque existe un "potencial y capital humano y simbólico por valorizar", mientras que tanto Martín como Algarra subrayaron la "sensación positiva de cara al futuro", por más que Algarra apostilló que "si te quedas atrás, te quedas sin trabajo".
La tarde se reservó para el acercamiento a las nuevas tecnologías. La primera ponencia, a cargo de Alejandro Santaeulalia, gerente de Deco Escultura y miembro de una conocida saga de artista, explicó la evolución del proceso, su incursión en el terreno tecnológico y explicó el trabajo del robot en el modelado de las fallas. "Evidentemente, la utilización del robot es más rentable cuanto más grande es la pieza. El nivel de acabado con el robot depende del presupuesto del cliente. Para la falla, por economía, damos un nivel intermedio respecto a la escultura de galería".
Manuel Martínez Torán, ingeniero y doctor en Bellas Artes, habló de escaneado, reconstrucción e ingeniería inversa, y en relación a los monumentos indicó su aplicación a la hora de "anticiparse a posibles problemas futuros en el montaje de una falla".
El investigador del Instituto IDF, Javier Andrés, repasó las nuevas técnicas de mecanizado y fabricación basadas en integración CAD/CAM/Robótica.
La jornada concluyó con una mesa redonda sobre el reto de la adaptación técnica en la que se puso de manifiesto la utilización de las nuevas tecnologías para los viejos usos y costumbres de la profesión.
Una visita guiada al Museo del Artista Fallero puso el punto final a una jornada en la que nuevamente el artista fallero vio como su profesión suscita interés desde los sectores culturales y universitarios de la ciudad.
Fotos: Julio Fontán