A las puertas del IVAM, que se sumaba por primera vez a la lista de museos que abrían durante la Gran Nit de Juliol, se formaron colas desde primeras horas de la noche. En l’Almoina, museo arqueológico que repasa la historia de la ciudad desde la época romana hasta la Edad Media, ya se habían repartido todas las entradas de la noche cuando faltaban 15 minutos para las 23 horas. Cada media hora, un grupo guiado de 20 personas recorría los subterráneos de esta zona situada junto a la Basílica de la Virgen y la Catedral valenciana.
El resto de Museos, como el de Las Rocas, el Histórico Municipal, l’Almudin o el Fallero no dejaron de recibir visitantes en una noche que ha adquirido ese color blanco de las veladas culturales de las grandes ciudades europeas. La Lonja también fue uno de los puntos más concurridos, sobre todo cuando se pudo disfrutar de la música de la orquesta de cámara que amenizó durante una hora la estancia en este incomparable edificio. La noche le confiere a este impresionante monumento, Patrimonio de la Humanidad, un sabor especial, característica que destacaron los visitantes que no dudaron en salir al patio y recorrer todas las salas de la Lonja.
También recibió numerosos visitantes la exposición “La Gloria del Barroco”, que se sumó a esta iniciativa a última hora. La Iglesia de San Esteban Protomártir, la de San Martín y la de San Juan de la Cruz abrieron sus puertas para que centenares de personas profundizaran en la plenitud y la importancia del barroco valenciano. Los trabajadores quisieron amenizar la visita y se disfrazaron con indumentarias del siglo XVII y XVIII; la acogida, según comentaban desde la muestra, fue “excelente”.
Pero la Gran Nit de Juliol había comenzado mucho antes de las 10 de la noche. A las ocho de la tarde un grupo de tunos de la Universidad Politécnica y de la Facultad de Medicina recorrieron una y otra vez la calle del Micalet con su alegre música, seguidos por un río de gente. La actuación concluyó en la Plaza de la Virgen con el anuncio de que la noche más interesante del verano valenciano había comenzado.
Una hora después, en la Plaza del Ayuntamiento, el Grup de Danses “El Bolero” de l’Alcudia viajó hasta las raíces de nuestra cultura valenciana con la maestría de su rondalla y de sus bailes. El flamante ganador de la última edición de “Sona la Dipu”, que actuaba en la Gran Nit de Juliol gracias a la colaboración de la Federación de Folklore de la Comunidad Valenciana, cautivó a los numerosos espectadores que se arremolinaron a su alrededor para disfrutar con la mejor muestra de nuestros bailes más tradicionales.
Y en el Salón de Cristal del consistorio municipal no cabía más gente para disfrutar de las voces del Orfeón Gregorio Gea, que convirtió el emblemático salón en un auditorio incomparable. Sentados en los tronos que enaltecen a las representantes falleras de la ciudad (y repartidos por toda la sala) o en pie, solos o acompañados, fueron muchos los que disfrutaron de su trabajo. Otros, los más curiosos, salpicaron la noche con visitas al Hemiciclo municipal, donde tomaban fotos simulando ejercer la vara de mando de la ciudad.
El asombro llegó de la mano del malabarista “Akirachan”, quien puso en práctica la frase “más difícil todavía” sorprendiendo al público con sus habilidades con los juegos de mano y con su sentido del humor, que completó el entretenido espectáculo. Y los más pequeños disfrutaron con los gatos en forma de títeres de la Gatomaquia, una peculiar adaptación de la obra de Lope de Vega, que sorprendieron con sus diálogos sobre los tejados.
A la medianoche, mientras en el Paseo Marítimo la Pirotecnia RICASA volvía a enamorar a los valencianos con un magnífico castillo de fuegos artificiales, la magia del flamenco inundaba la Plaza de la Virgen. Un lugar que se llenó de un público que admiró el recital de arte ofrecido por el grupo “Temple” y que cayó sometido al embrujo de la danza.
Y todavía quedaba el punto más jovial de la noche con la actuación de Mondo Revuelta. El grupo valenciano ofreció un concierto en la Plaza del Músico López Chavarri, en pleno barrio del Carmen, con el que se cerraba la noche más completa de la Feria de Julio.
Y entre visitas a museos, a iglesias, actuaciones en la Plaza de la Virgen, en la del Ayuntamiento, en la entrada de l’Almoina, otra vez en la Plaza del Ayuntamiento, en la Lonja, otra vez en la Plaza de la Virgen… las calles más céntricas de la ciudad se llenaron de valencianos y visitantes que, guía en mano, no quisieron perderse un detalle de la variada oferta que la Concejalía de Fiestas y Cultura Popular del Ayuntamiento de Valencia había preparado para consolidar definitivamente esta Gran Nit de Juliol.
Fotos: Lázaro de la Peña