La calle de la Paz vivía a partir de las 6:30 horas una auténtica revolución fallera. Los componentes de la comisión de la falla Mossen Sorell-Corona, colaboradora con la Junta Central Fallera en este acto, comenzaban a las 7 horas el reparto de las 3.600 cajas de trons de bac suministrados por la pirotecnia Ricardo Caballer a los 1.800 acreditados para la macrodespertà. Y eran muchos más los que se sumaban a un evento festivo que a día hoy es ya imprescindible tanto por la expectación que despierta como por el nivel popular y participativo del mismo.
La delegación de Festejos de la JCF, coordinada por la vicepresidenta Mª Carmen Rodríguez, ultimaba los preparativos para que comenzara la despertà. Antes, a las 6:45 horas, y en la iglesia de San Juan del Hospital, las Falleras Mayores de Valencia, Laura Caballero y Carmen Monzones, junto a sus Cortes de Honor, participaban en la ofrenda a Santa Bárbara, patrona de los pirotécnicos.
Y a las 7:30 horas, el mundo fallero decidió que toda Valencia debía enterarse del día que era. Los trons de bac restallaban contra el asfalto, y durante casi cincuenta minutos el ruido y el penetrante olor de la pólvora fue lo único importante.
De la calle de la Paz, a San Vicente y concluyendo en la plaza del Ayuntamiento, la comitiva multicolor lucía los blusones y las chaquetas polares de las diferentes comisiones del censo fallero.
El final, como siempre, un estallido en toda regla. Con el arrebato de Pirotecnia Valenciana de Llanera de Ranes quien todavía dormía ya no lo hizo. El día de la Crida comenzaba, y lo mejor para continuar es siempre un buen desayuno popular a base de chocolate y bollería para reponer fuerzas, así que los participantes hicieron lo propio como broche a un impresionante inicio de día.
Fotos: M.A. Zarapico