La puerta de la Basílica se abría para dejar paso a la imagen peregrina de la Virgen de los Desamparados a las 10:30 horas del segundo domingo de mayo. De esta forma comenzaba el traslado de la Patrona a la Catedral, entre los vítores, aplausos y muestras de fervor en el acto más popular y significativo de toda la jornada festiva.
Este año se vivió un traslado muy rápido, de apenas 20 minutos, y poco tardó la imagen en dar la vuelta a la plaza, pasar frente a la Casa Vestuario, adentrarse por la calle del Miguelete y llegar hasta la puerta de los Hierros de la Catedral. Ya dentro del templo, y en el camino hasta el altar, esperaban los fieles para aplaudir a la Patrona en su día.