El miércoles 3 de diciembre tuvo lugar en Ámbito Cultural de El Corte Inglés una mesa redonda organizada por el Casal Bernat i Baldoví, bajo el lema “Las Fallas, Patrimonio Inmaterial de la Humanidad”.
En ella, representantes de las tres manifestaciones culturales valencianas que ya cuentan con dicha distinción por parte de la UNESCO (el Misteri de Elche, la fiesta de la Mare de Deu de la Salut de Algemesí y el Tribunal de las Aguas) debatieron con representantes de la comisión redactora del expediente del Espacio Cultural de la Fiesta de las Fallas, que fue elevado a la UNESCO en fechas recientes.
Los representantes de Algemesí (Julio Blasco) y Elche (Joan Castaño) destacaron las ventajas inherentes a la declaración: principalmente, un mayor reconocimiento y difusión de la fiesta a todos los niveles, y un impulso para el mantenimiento de aquellas manifestaciones culturales de las fiestas que pudieran verse desvirtuadas o, directamente, desaparecer si no se contara con dicho reconocimiento. Insistieron, además, en que la declaración supone una obligación social de mantener tales tradiciones, pues la misma es revisada periódicamente y puede ser retirada si la UNESCO considera que los valores que motivaron su concesión no se preservan satisfactoriamente.
Daniel Sala, como cronista del Tribunal de las Aguas, incidió en el hecho de que la declaración, como “sello de calidad”, puede hacer abrir puertas que faciliten las ayudas institucionales para la preservación y puesta en valor del patrimonio cultural amenazado, así como para concienciar a la sociedad sobre la necesidad de su protección. También destacó la labor de vertebración y sinergia surgida entre los tres patrimonios valencianos desde que cuentan con tal condición.
Javier Mozas y José Martínez, como miembros de JCF que participaron en la redacción del expediente elevado ante la UNESCO, destacaron que la posible declaración de las Fallas como Patrimonio Inmaterial se centra exclusivamente en aquellas partes de la fiesta que objetivamente representan un valor añadido y único de la misma. Un valor, además, que puede verse en trance de desaparición o degradación si no se toman medidas decididas de protección y promoción: desde la propia falla como elemento efímero, artístico y satírico, a la poesía de los llibrets, el tro de bac, la indumentaria tradicional, la transmisión intergeneracional de las tradiciones, la integración social en la fiesta o la participación democrática en las comisiones falleras; dejando expresamente de lado aspectos puramente lúdicos o con interés mercantilista.
En el transcurso del coloquio, moderado por Òscar Rueda, presidente del Casal Bernat i Baldoví, los contertulios señalaron que se han completado con éxito todos los trámites para que en 2016 las Fallas puedan optar a dicha distinción, en representación del estado español. Asimismo, se insistió en la necesidad de que, tanto desde la propia sociedad como especialmente desde las diferentes instancias políticas implicadas, se mantenga la tensión y la intensidad reivindicativa para que la declaración tenga finalmente lugar, y no se produzcan contratiempos inesperados que retrasarían como mínimo hasta 2020 dicha declaración, de acuerdo con los criterios y condicionantes que marca la UNESCO para cada anualidad.