1º Convocatoria de una asamblea informativa de presidentes para hacer saber a todos los presidentes los pasos a seguir para realizar una asamblea extraordinaria para votar sí o no a la realización de un congreso fallero.
En esa asamblea los presidentes podrán al secretario general y vicepresidente de JCF realizar todas las preguntas sobre las dudas que tengan para poder comunicarlo a sus comisiones.
2º Que en todas las comisiones debata el tema, su conveniencia, si es el momento, explicando el porqué y el para qué, y se vote sí o no, la conveniencia de realizar ese congreso fallero.
3º Convocatoria de una Asamblea Extraordinaria que debe culminar con una votación de las presidentas y los presidentes que asistan, en la cual se trasladará resultado de las votaciones que se hayan realizado dentro de cada una de las comisiones falleras para decir sí o no al Congreso fallero.
4º La Asamblea Ordinaria de noviembre será presidida por Pere Fuset, sea cual sea el resultado de la votación, entender esto bien, sea sí al Congreso fallero o no al Congreso fallero.
Según esta hoja de ruta, el concejal se mantiene en las mismas exigencias que planteara en el mes de junio para volver a los plenos y asambleas, condiciones “sine qua non” del presidente a los falleros, para, según Fuset, no politizar la fiesta.
Unas condiciones que suponen, según dan a entender, que los delegados trasladen la realización de un plebiscito dentro de las comisiones, no sabemos si censal o por votación a mano alzada de los presentes, para posteriormente los presidentes hacer de portavoces de sus comisiones en la Asamblea de noviembre, y aventurando, ya que se da por sentando, que estas directrices del concejal tengan que ser cumplidas obligatoriamente por las comisiones en tiempo y forma, relegando cualquier opinión al respecto de los presidentes de falla sobre si es este el momento propicio para realizar esta consulta.
