La Asamblea Extraordinaria de Presidentes de Falla celebrada anoche en el Palau de la Música, sin la presencia nuevamente del concejal, concluiría con la imposición de la hoja de ruta del presidente ausente, más allá de la opinión de los falleros.
Orden del día. Información y discusión sobre los posibles contenidos y la conveniencia de un Congreso Fallero.
Una breve introducción por parte del vicepresidente primero con fechas del último Congreso Fallero, o de la última votación realizada al respecto donde se acordó que no era el momento idóneo para un Congreso, y una pequeña exposición de lo que es el Reglamento Fallero serían el punto de partida para iniciar el teórico debate.
Teórico porque realmente no hubo debate alguno, no hubo como así se indicaría, dos posiciones a debatir. La Asamblea de Presidentes se pronunció de forma clara y unánime en boca de sus presidentes, no sabía que era lo que realmente hacían allí, la mesa no daba explicaciones de los motivos que llevaban a esta Asamblea al declararse en un posicionamiento inocuo, y el bucle se hizo rutina.
Los presidentes argumentaron todo lo habido y por haber. No era el momento. No es admisible un chantaje. Nadie ha pedido esa votación. Somos los presidentes quienes debemos proponer un Congreso. Hoy aquí decimos no queremos votar. No puede seguir faltando el respeto el concejal a la Asamblea. Nadie nos puede obligar a comer la fruta por mucho que se abra el melón. No, no y no. Estos serían la base reiterativa de la argumentación de los presidentes de falla, quienes dejaban claro que no se quería votar nada, y que de hacerlo, tendríamos desgraciadamente un no rotundo a un Congreso, no por la necesidad o no de este, sino por no ser el momento adecuado dada la crispación existente en el ambiente y la evidente desconfianza con el actual rector de la fiesta.
Hastiados por la situación, los presidentes desfilaban por los pasillos del Palau abandonando la Asamblea, hartos de perder el tiempo y los meses como también recriminaron. No les permitieron ni votar nada, aunque esta votación no fuera vinculante.
Concluiría la Asamblea con el acuerdo de que se remitiera toda la información disponible a los presidentes de falla, la obligatoriedad de votar por imposición del presidente de JCF el próximo 14 de noviembre, y una de las últimas frases que puede servir de resumen: “Aquí hay una mesa a favor, y una asamblea en contra”.