El concejal interpreta un ruego como una acusación homófoba, y vuelve a perder una propuesta que se veía más política que fallera.
La Asamblea de Presidentes de falla del mes de enero quedará para las estadísticas como la enésima, por decir una cifra, donde una propuesta del concejal volvería a quedar en saco roto ante el colectivo fallero.
Una Asamblea que sobre el papel se centraba en la discusión y aprobación del mecanismo de elección de jurados para el concurso de fallas, y que acabó entre acusaciones de homofobia y ataques políticos.
Tres propuestas llegadas desde el Pleno
A la asamblea se llegaba con tres propuestas a debatir encima que a grandes rasgos se diferenciaban en los siguiente: la propuesta por los Delegados de Sector mantenía prácticamente el sistema del pasado ejercicio basado en tres bombos con jurados de más de 5 años de participación el primero, entre 1 y 5 el segundo, y de primer año el tercero, a la que se le incluían las incompatibilidades de bocetista, guionista y poeta; la segunda, remitida por la InterAgrupación, dejaba la elección del jurado en manos del Secretario General, sumándose a las incompatibilidades propuestas por los delegados, y la tercera, propuesta por el presidente de JCF y su directiva, donde los bombos se desdoblaban en mujeres y hombres, sumándose también a las incompatibilidades propuestas por los delegados.
Tres propuestas que en los mentideros se aseguraban que dos de ellas salían de integrantes del pleno, disconformes con la propuesta de Fuset, quien buscaba una propuesta más 'de cara a la galería política' que a una realidad fallera, y que tras los resultados, se esperaba por lógica alguna que otra dimisión...
Ángel Santamaría en nombre de los Delegados, como por Jesús Hernández Motes por la InterAgrupación, dejaban claro que en sus propuestas se buscaba o la ecuanimidad de la suerte, y evitar la discriminación por sexo, llegando incluso a afirmar el presidente de la Inter que si así lo creía, el Secretario General podría establecer jurados formados al 100% por mujeres, dado que en ambos casos se buscaba las personas más adecuadas para el cometido a desempeñar, en todas las secciones por igual, y nunca motivado por su sexo.
Por el contrario Fuset defendió su postura indicando que también se podría elegir jurado por las propias fallas de una categoría si así lo querían, algo que no entraba en discusión ya que así está previsto con un porcentaje determinado, o la ventaja de la diversidad de bombos para superar el porcentaje de mujeres del pasado ejercicio. Un argumento que fue desmontado de inmediato al indicar que si aumenta el número de mujeres que acuden al cursillo, como así sucedió este año, ese porcentaje subiría de inmediato.
La votación dejó 152 votos computados, de los cuales uno sería nulo y nueve en blanco, siendo la más votada la propuesta de los Delegados con 64 votos, 57 para la InterAgrupación y 27 para la propuesta oficialista, quedando establecido una elección de jurados a semejanza del pasado año.
Homofobia, escusas y política
En el apartado de ruegos y preguntas llegaría la nota desagradable de la asamblea. Llegado el turno del representante de la falla San Marcelino, Julio Torras, reclamaría al presidente que los acuerdos del pleno, refiriéndose a la reciente adhesión del pleno al ‘Pacte valencià contra la violència masclista’ sean expuestos para su ratificación o no por la asamblea, así como recordar que el himno de la Comunidad Valenciana está escrito para un tenor, no soprano. Torras también trasladaría la felicitación de su comisión, entendiendo que también de muchos otros, a las mantenedoras de las Falleras Mayores 2018.
En este punto, Julio Torras recordó que “como estamos en la era de la paridad, que en algún momento pensemos que estamos reivindicando la paridad también, porque ya que llevamos dos años de mujeres, que me parece muy bien y lo han hecho muy bien, no estoy censurándolo, pero nosotros, también reivindicamos la paridad, los machotes tendremos que comenzar a manifestarnos, con todo el respeto del mundo, sólo es una anécdota, pero que conste, independientemente que guste o no”.
Pere Fuset cambiaría el rostro, y subiendo paulatinamente el tono de voz le contestaría: “Sobre el comentario de que el himno está hecho para tenores no voy hacer ningún comentario, yo creo que no es de recibo, en todo caso, al igual que esos comentarios sobre los machotes, eso me parece, y perdona que te lo diga, absolutamente inoportuno”.
Torras, quitándole hierro al asunto le aclararía: “era mera anécdota, en textos, contextos y pretextos.... que evidentemente está claro que cada uno utiliza su propia palabra para descalificar o no, pero vamos, que cógelo como quieras...”
Fuset intervendría de nuevo para reiterar un hecho e insistir en su particular interpretación de lo dicho: “en estos tres años como presidente de JCF he marcado a dos hombres como mantenedores y cuatro mujeres, y ahora me queda otro año. Y reitero que no me ha parecido oportuna la expresión machotes, yo te pediría que la retiraras, yo soy hombre, no se si machote, pero tu... preferiría que la retiraras”
Julio Torras que ponía cara de incredulidad mientras Fuset se mostraba claramente alterado, afirmaría dándole la razón al concejal “Cada uno es lo que es” un comentario que Fuset interpretaría de forma contraria a la mayoría de los presentes, quienes contemplaban absortos lo que acontecía.
“Efectivamente, cada uno es lo que es, y yo lo que quiero ser, por eso somos diversos” espetaba el concejal. “El argumento está sacado de contexto, pero claro es el concejal....” respondía Torras, para Fuset concluir la controversia levantando notablemente la voz y esgrimir: “Vale. Ya una vez aquí tuve que soportar un comentario homófobo contra mi persona, y no lo voy a permitir otra vez”.
El silencio se hizo en la sala, sin nadie entender como se había llegado a esa situación, mientras que muy hábil el Secretario General pasaba el turno a otro representante de falla, con la casualidad que este recaería en el presidente de Isabel la Católica, Rafael Ferrando.
La paridad del concejal
Ferrando, que de inicio ya advirtió al secretario de actas una corrección y que por segunda vez le pedía que no interpretase y se dedicara a transcribir las actas según lo dicho en las asambleas, quería preguntar o solicitar el número de hombres y mujeres que componen JCF, Delegados/as, Secretarios/as, vocales, designaciones directas por el concejal, asesores o personal de la concejalía puesto por este, así como la paridad existente en una asociación como la Adef, asesora del concejal y presente en diversas reuniones.
Vista la tensión reinante y los gestos del concejal, el Secretario General saldría al quite indicando que trasladaría listado de los integrantes de Junta, pasándole la terna al concejal quien visiblemente molesto alegó que él solo elegía a su directiva que era paritaria, que daba libertad a sus vicepresidentes, y que de sus designaciones no tenía que darle cuenta, espetándole a Ferrando que si quería hacer oposición que se presentara a las elecciones por un partido político, a lo que Ferrando le contestaría que no era esa su intención, y que contestara a las preguntas como lo habían hecho otros concejales en su misma posición, a lo que Fuset contestaría con la callada por respuesta.
Una Asamblea tensa, en ocasiones realmente absurda, que vuelven a tensar la cuerda entre el concejal y el colectivo fallero.
