La imagen de Consuelo Lara Pérez, matriarca de la familia y fallecida a finales del pasado año, presidiría la puerta de la jaula. Su recuerdo sería el homenaje con un disparo marca de la casa. La traca valenciana volvería a la plaza después de unos días de ausencia para que Antonio Zarzoso ofreciera un disparo a la antigua usanza, a mano en sus retenciones iniciales y digital en las siguientes. Con el compás por bandera llegaría el trepidante final, rematado contundentemente en el cielo valenciano. La ovación del público no se hizo esperar, y desde el balcón, padre, hijo y nieta recordarían a Consuelo entre los aplausos de la plaza.
En la plaza la música sigue siendo protagonista, pero por el poco calado entre la gente hasta los dos temas finales. Del cacareado y acordado compromiso con los grupos y cantantes valencianos, nada de nada. Lo mismo de siempre, la ‘playlists’ al gusto de unos pocos, mientras otros, en listas negras...