Hoy no hubo música, tampoco saludo desde el balcón, sería la Fallera Mayor de Valencia quien bajaría a la plaza, acompañada por el Alcalde y diversos integrantes del equipo de gobierno.
El respeto y la emoción se hizo dueño de la plaza para homenajear a un ‘Mestre coheter’ Porque las fallas son de todos, y principalmente de sus artífices, falleros, artistas, músicos, pirotécnicos, todos, partes indivisibles de este patrimonio que son las fallas, que se unieron en un día como el de hoy para despedir a uno de los nuestros. Así lo evidenció la familia de la pirotecnia Ricasa, así lo entendió todo el público congregado.
La masclectà de Ricardo Caballer, rítmica, rotunda, magistral, golpeó con la fuerza de la rabia contenida por lo sucedido. Al término, los abrazos y la emoción se desbordarían en la plaza entre familiares, amigos y compañeros.
Un día duro para la pirotecnia, un día duro para la fiesta.