El concejal habla de diálogo entre administración, artistas y falleros, mientras se impide la entrada con la comitiva oficial a los representantes del colectivo fallero que habían sido invitados al acto.

Un atasco de más de hora y media sufrirían las Falleras Mayores de Valencia, Marina Civera y Sara Larrazábal, junto a sus respectivas cortes de honor, gracias a la comitiva política presente en la inauguración de la Exposición del Ninot 2019, y a la que se negó el acceso a los máximos representantes de la Interagrupación de Fallas de Valencia, Federación de Fallas de Especial y 1ªA, quienes habían sido invitados oficialmente.

En el horario previsto de las 19.00 horas, hacían su aparición las Falleras Mayores de Valencia, junto a sus respectivas cortes de honor.
Junto a ellas se situaba el Alcalde de la ciudad de Valencia, Joan Ribó; el concejal de Fiestas y Cultura Popular, Pere Fuset; el director general de la Ciudad de las Artes y las Ciencias, Enrique Vidal, y el Maestro Mayor del Gremio de Artistas Falleros de Valencia, José Ramón Espuig.

Reclamaciones y política en las intervenciones previas
El director general de la CACSA sería el primero al que daría la palabra el Segretario General de JCF, Ramón Estellés. Vidal agradecería un año más la apuesta municipal por la utilización de las instalaciones que dirige, y cuyo acuerdo desea continúe por ambas partes. Acuerdo en base a un convenio que a día de hoy muy pocos conocen en su integridad, y todavía estamos esperando nos remitan desde la oficialidad.
Posteriormente sería el Maestro Mayor del Gremio quien volvería a recordar la problemática del oficio, así como el lamentable estado de la Ciudad Fallera. Unas palabras que recuerdan a otras ya dichas con anterioridad, y que como bien sabrán nuestros lectores, tras cuatro años transcurridos, no se ha realizado ninguna intervención más allá de unos carteles indicativos, un semáforo, y un mural de 43.500 euros frente a un escampado, que actualmente comienza a evidenciar su deterioro.
Seguidamente sería el momento de la Fallera Mayor de Valencia, Marina Civera, quien con su elegancia habitual al dirigirse en público, habló de fallas, falleros, sátira y crítica, exponentes primordiales de la fiesta fallera y la Exposición del Ninot.
Muy distintas fueron las palabras del Concejal y el Alcalde, quien sumergidos en plena campaña, pareció como si se hubieran ausentado de Valencia en estos últimos cuatro años, indicando el primero que es el momento de que administraciones, los mecenas, o sea las fallas, y los artistas falleros, se sienten para dignificar el oficio y como acreditar la profesión. Recordemos que el concejal ha llegado a abandonar sus obligaciones como presidente de JCF, y ha dicho públicamente que no se sentaría con el máximo representante del mayor colectivo fallero de la actualidad, siendo unánimes la discrepancia de todos los colectivos falleros respecto a su planteamiento del Bando de Fallas.

Corte de cinta, atasco y veto a los falleros
Eran exactamente las 19:13 cuando las Falleras Mayores de Valencia cortaban la cinta inaugural, y las 20:48 cuando junto a sus cortes de honor, concluían el recorrido junto al ninot de la falla municipal. Más de una hora y treinta y cinco minutos tardarían en recorrer la exposición entre la serpiente multicolor de políticos, y agregados de políticos, que se colocaron de inmediato en primera línea de cámara relegando a las cortes de honor a que tras ellos siguieran su paso tranquilo y sosegado entre risas y selfies.
Demos gracias de que tan sólo son 33 los concejales del consistorio valenciano, de ser diez más igual la Ciudad de las Artes y las Ciencias se nos hubiera quedado pequeña.
Mientras la comitiva ralentizaba el recorrido hasta límites inauditos, por un lado se tenía que avisar a los falleros del Barrio de San José, que esperaban ansiosos en su casal a su Fallera Mayor de Valencia para agasajarla con un elegante regalo; y por otro, a los falleros de la Agrupación Olivereta quienes esperaban a su Fallera Mayor Infantil de Valencia para iniciar su cena de gala anual en el Salón Museo.
En la puerta, sin permiso a incorporarse a la comitiva, Jesús Hernández Motes, presidente de la Interagrupación de Fallas de Valencia; Santiago Ballester, presidente de la Federación de Fallas de Especial, y Francisco Romero, presidente de la Federación de Fallas de 1ªA.
Los tres habían sido oficialmente invitados al acto, los tres son representantes de esos ‘mecenas’ que hacía alusión en concejal minutos antes, los tres son con quienes en principio debería sentarse Fuset para afrontar los retos a los que se refería minutos antes, los tres, como todos los falleros a los que representan son quienes pagan los ninots de la exposición que se estaba inaugurando, y que no verán un euro de esa taquilla. Los tres desde la misma instalación hacían pública su queja en las redes sociales en un comunicado que compartieron las tres entidades falleras: “Atendiendo a la invitación recibida, la representación fallera, que es quien paga esta Fiesta, no ha podido acceder a la comitiva de inauguración de la Exposición del Ninot. Una lástima el protocolo y la falta de atención con los representantes de la Fiesta elegidos por los Falleros/as.”

Una inauguración realmente desconcertante, y que desgraciadamente no tuvo tampoco el colofón pirotécnico deseado debido a las fuertes rachas de viento que sufre la ciudad.

Indumentaria para una inauguración
Marina Civera Moreno estrenó para la ocasión su tercer traje oficial, confeccionado por la indumentarista Amparo Fabra. El tejido, de Vives y Marí, es un cartonaje antiguo de espolín bautizado como Marineta, haciendo un guiño a Marina, que se comercializará en exclusiva en Amparo Fabra el próximo ejercicio. Completan el conjunto delantal y pañuelo de Hijas de Carmen Esteve, así como puntillas de Antigüedades Me Encanta.
El aderezo es obra de Agustín y Amaia Orfebres, inspirado en joyas clásicas modelo de lazo, con nácar fino en forma de lágrima de 25 x 18 y de 14 x 10, montado al aire y el cabujón central de la joya engarzado en garra de corona, todo ello combinado en perla de mostacilla de 1,5 mm cosida a mano y diamante negro. La gargantilla y la pulsera se han creado con unas hojas de laurel articuladas en degradación, terminado todo ello en bronce inglés.
La peineta, al igual que el aderezo, es un diseño clásico con reborde de cuchara. El motivo central es una orla simétrica de la que nacen dos rosquetes con guirnalda de flores. La pieza está trabajada al agua y terminada en bronce inglés.