Con motivo de la actual situación del sector, y relacionado directamente con el artículo publicado en el Nº352 de la revista Actualidad Fallera, correspondiente al presente mes de abril de 2020 ‘Un desastre económico’, recuperamos el artículo publicado en el Nº 171 de la revista Actualidad Fallera, correspondiente al mes de diciembre de 2004.
Han pasado 16 años, los costes en algunos casos, han quedado algo desfasados, pero no así los presupuestos. Por este motivo creemos interesante recordar este artículo donde damos constancia del proceso de construcción de una falla.
¿Cuánto cuesta una falla? nos vamos de compras
Texto y Fotos: Julio Fontán
Las fallas, eje central de la fiesta fallera, sugieren un ir y venir de especulaciones y continuos derroches verbales en cafés y casales. ¿Sabemos exactamente lo que cuesta una falla? ¿Es cierto el continuo baile de cifras al que nos enfrentamos cada año? ¿El pántex ha supuesto un abaratamiento del coste?
Estas y otras preguntas hemos querido resolverlas en el siguiente artículo, a sabiendas que cada taller y cada monumento es un mundo, esta será una lectura aproximada, pero con la seguridad de que la cantidad de precios y talleres consultados, nos llevan a una media bastante cercana a la realidad.
Lejos en el tiempo quedaron ya las cabezas de cera, los kilos de barro, los viejos cartones y los artistas de barrio. El mundo empresarial ha entrado de lleno en los talleres con el consiguiente cambio en la economía fallera.
Los procedimientos de antaño, donde la contabilidad de servilleta y los metros a peso han tenido que adaptarse a los pormenores de las leyes actuales y a un concepto artesano más propio de la gestión empresarial. Bajos encubiertos con una pila de agua fría y ninguna medida de seguridad han pasado al olvido. Son pocos y perseguidos los artistas de estraperlo que no ofrecen un mínimo de garantía en sus instalaciones, aunque por desgracia, haberlos… "haylos".
El artesano fallero ejerce de patrón, de secretario, de contable y, cómo no, de ‘currito’, pocos son los afortunados que no desdoblan sus tareas, y contratan a profesionales del ramo, y los que lo consiguen, no es precisamente por sus encargos falleros, la vaca no da para más.
Al día de hoy y desde el momento que se acepta un monumento por parte de una comisión, la maquinaria empieza a funcionar, los precios oscilan de un año para otro y hay que actualizar presupuestos. Si hablamos en plano general, quizá nos perderíamos en cifras, por ello, nos hemos ido a buscar dos fallas tipo, una de 7ªC, última categoría, y otra del máximo nivel, la soñada sección especial.
La última categoría
No entraremos a valorar lo que vale el diseño de un boceto, la imaginación, sátira y posibilidad de llevarse a cabo, no entran en el precio, siempre y cuando no acudamos a un profesional que nos plasme la idea. Un dibujante cobra de media entre un 2% y un 3% del presupuesto final del monumento, si lo trasladamos a dinero podemos hablar de cifras entre 60 y 360 euros.
Al día siguiente del "sí quiero", nos vamos de compras, un remate, ‘ocho’ ninots y la materia prima, madera, balas de cartón, chapa, colas, tachas, grapas, papel, pinturas... serán la referencia de coste en nuestra cesta de la compra.
Para no comenzar la casa por el tejado, realizaremos la compra a la inversa de la realización física del monumento en el taller.
La madera
Madera, a preferir de chopo, su precio oscila en los 240 euros el metro cúbico, teniendo un consumo medio de un metro cúbico para la realización de un monumento de esta categoría. Su valor total oscilará sobre los 80 euros.
La madera de pino, cuyo valor económico es considerablemente mayor, 360 € el metro cúbico, es desechada en la mayoría de los casos por su poca rentabilidad.
Los tableros, utilizados de forma generalizada en bases y resto de ornamentaciones, tienen un valor de 4€ unidad, cuyo tamaño es de 200x100x3mm. y suponiendo una media de 30 unidades por monumento. Valor total 120 euros aproximadamente.
El cartón
Las balas de cartón suponen el emblema del monumento fallero, de su utilización, tratado y acabado dependerá el desenlace final del monumento.
La bala de cartón tiene un precio aproximado de 25 euros, y está compuesta por una cantidad de láminas de cartón de 55 x 75 cm., cuyo peso es de unos 25 kilos; para la realización de un sencillo ninot se precisa entre 1/3 y media bala de cartón, si este número lo multiplicamos por ocho ninots tendremos un total de entre 3 y 4 balas. A esta cantidad tendremos que sumarle el cartón que necesitaremos para el remate y cuya medida oscilará entre los cinco y siete metros. Proporcionalmente esto nos lleva a disponer entre 4 y 5 balas más, que sumadas a las 3 balas que utilizaremos para uniones y atrezzos nos iríamos a unas 10-12 balas de media, por 25 euros, sumarían 300 euros más al cómputo global.
Materiales varios
Pasando al pasillo de material fungible, colocaremos en nuestro virtual carro, un bote de 12 kilos de cola blanca para madera, 17,40 €, cola de conejo, dos kilos 9 €, dos botes de 25 kilos de pintura blanca 94 € euros, diez sacos de 25 kilos de gotelé 43,5 €, cuatro de pané, también en sacos de 25 kilos y a un precio de 2,90. Total 11,6 €
La relación de tachas, grapas, tornillos, etc., sería más difícil de enumerar pero nos podría oscilar en 50 €.
Carro de la compra estimativa, para monumento de 7ªC
Tras este primer balance hemos podido contemplar la escasez del pántex en estos monumentos, la razón es bien sencilla, el teórico abaratamiento que nos supone el coste de este material sobre el cartón, se compensa con el proceso de elaboración. La mano de obra especializada para el esculpido de ninots en pántex, encarecerían el coste final del monumento.
En estas categorías, quien no tiene moldes, compra el cartón para la realización del monumento, evitando el proceso de modelado más caro que la utilización del tradicional refrito. El proceso anteriormente citado, supondría un coste aproximado en la compra de materiales, siempre y cuando se posean los moldes de ninots y remate, en caso contrario, eliminaríamos el coste de ocho o nueve balas, unos 225€, para sustituirlo por el coste de la compra del cartón ya realizado.
La compra de ninots es una constante entre artistas y su precio oscila entre los 50 y los 150€ por pieza, dependiendo del uso y del autor del ninot. Las manos, independientes del cartón, han sufrido una evolución para su comercialización.
Los hermanos Ferrer, diseñaron un proceso de industrial que tras la obtención de un molde metálico se realiza un proceso de inyección con poliol y salicilato (resina sintética), generando una perfecta reproducción, agilizando y abaratando el proceso. Un juego de manos, de un catálogo de unos ocho modelos, se puede comprar en la cooperativa del gremio por un precio cercano a los ocho euros. De esta manera el precio medio de ocho ninots completos puede tener un valor entre 500 y 1.250€.
En referencia al remate su precio de mercado puede variar igualmente, según pieza, artista y veces utilizado, pero en cualquiera de los casos sería del todo improbable bajar de los 1.000€ de coste de media. Restando y sumando la diferencia tendríamos un incremento del coste de materiales superior a los 1.500€.
La compra de moldes para amortizar la inversión supondría un gasto extra cuya repercusión en el precio final dependería de la salida de la pieza. En el caso de ninots, el precio de un molde puede oscilar entre los 120 y los 300€, siendo siempre moldes de los que su legítimo autor ya les ha sacado el provecho que ha creído oportuno, siendo modelados, en la mayoría de los casos, para categorías superiores.
En el caso de la compra de un remate, el precio variará igualmente según las pretensiones del artista y el uso realizado, a partir de 1.200€ podremos encontrar moldes con un ascenso en precio proporcional a la calidad de este o su disposición original, como ejemplo actual se encuentran a la venta los molde utilizados para uno de los monumentos realizados en la Plaza del Ayuntamiento, con un precio superior a los 7.000€. El precio del coste en materiales podría reducirse entre un 10 ó 15%, por la compra en cantidades o el descuento que los mayoristas ofrecen a los profesionales.
La mano de obra
En esta parcela nos encontramos uno de los caballos de batalla, la precariedad de los presupuestos conllevan idéntica tesitura en los salarios de los profesionales. Según las últimas estadísticas del presente año, nos encontramos que un trabajador tipo de la Comunidad Valenciana, le supone un gasto a su empresa de 1.863€ x 12 meses.
Nada más lejos de la realidad en la situación cotidiana de los profesionales del arte fallero; euro arriba euro abajo, un operario de un taller fallero suele cobrar del orden de los 720 euros mensuales, más las correspondientes horas extras, que suelen suponer una hora extra diaria, a razón de entre 6 á 9€ hora.
Estos emolumentos pueden implicar un gasto para la empresa que rondará los 1.200 euros mensuales. Un oficial de 1ª incrementará sus honorarios a razón de su valía y sus cometidos, rondando los 1.200 euros mensuales.
En un monumento como el anteriormente citado, supondría el desempeño de la función de un operario por un tiempo que rondaría el mes y medio, unos 1.800€ de gasto aproximado para la empresa. Para una estimada valoración le sumariamos el coste de dos semanas de trabajo de un oficial de 1ª, o en su defecto el artista firmante, 1.125€, haciendo un cómputo aproximado de 2.800€ en mano de obra.
Si sumamos el más económico de los supuestos, descuentos incluidos, 1.125€ + 2.800€ de mano de obra, suponen la cantidad de 3.925€. A esta cantidad deberíamos sumar la parte proporcional de los variados gastos que supone el mantenimiento de un taller, luz, agua, alquiler-hipoteca, herramientas,
etc., y, por supuesto, el beneficio de la empresa y la partida correspondiente a transporte y plantà; una hora de grúa puede rondar entre los 60 y los 72€, estimando que todo vaya bien, las tres de horas de faena no las evita nadie. A esto le podríamos aplicar unos 400 euros de transporte. Bajo esta lectura podemos entender que un monumento fallero es inviable, empresarialmente hablando, a un presupuesto inferior a 6.000 euros, un millón de las antiguas pesetas. Recordemos que estamos hablando de un presupuesto sin modelado y sin compra de cartón realizado, sólo utilizamos "el fondo de armario" del taller.